El mandatario venezolano, Hugo Chávez, recibió a un relajado presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, y reafirmaron su alianza. Chávez declaró, frente a los recelos de EE.UU. por la visita del mandatario iraní, que "la guerra nuestra es contra la miseria, la pobreza (...) esa es nuestra guerra".
Caracas. Los presidentes de Irán y Venezuela se comprometieron este lunes a fortalecer sus relaciones y bromearon con apuntar armas hacia Washington, en un desafío a Estados Unidos y a otras potencias de Occidente que buscan aislar a la nación islamica por su programa nuclear.
El mandatario venezolano, Hugo Chávez, recibió a un relajado presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, quien inició en Caracas una gira que lo llevará además por Nicaragua, Cuba y Ecuador, en momentos en que la disputa por el desarrollo nuclear de Irán alcanza uno de sus puntos más candentes.
Teherán anunció el lunes que comenzó a enriquecer uranio en un búnker subterráneo, el mismo día que informó que había condenado a muerte a un hombre con doble nacionalidad iraní-estadounidense por espiar para la CIA, lo que tensó más el ambiente.
"El sistema dominante está decadente, por lo que han tomado una cara más agresiva", dijo el líder iraní en el Palacio de Miraflores, sede del gobierno venezolano, sin referirse directamente a Washington ni sus aliados.
Estados Unidos señaló que la gira de Ahmadinejad por varios países latinoamericanos es una muestra de la desesperación que vive Irán para conseguir aliados y la Casa Blanca advirtió que no es "momento para profundizar los lazos" con la nación asiática.
"A pesar de los arrogantes que no quieren que estemos juntos, estaremos juntos para siempre", añadió Ahmadinejad en declaraciones a periodistas antes de juntar sus manos con las del mandatario venezolano.
Por su parte, Chávez, quien ha mantenido una retórica anti estadounidense en sus 13 años de gobierno, preguntó: "¿Quién ha invadido países y naciones enteras? ¿Quién ha lanzado miles de bombas sobre pueblos indefensos, incluyendo bombas atómicas?".
"No somos nosotros, nosotros somos parte de los pueblos que han sido agredidos, y seguimos siendo agredidos y pretenden hacernos presentar como agresores", agregó sin nombrar directamente a Estados Unidos.
El mandatario de la nación sudamericana ha amenazado varias veces en el pasado con detener las exportaciones de petróleo a Estados Unidos, su principal cliente comercial, si considera que el país del norte ejecuta alguna agresión contra Venezuela, pero nunca lo ha hecho.
Los amistosos lazos entre Ahmadinejad y Chávez son fuente de preocupación para el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien en diciembre dijo a un diario local: "Venezuela tendrá que decidir qué ventaja posible hay en tener relaciones con un país que viola los derechos humanos".
Y Chávez parece ya estar decidido.
Preparen, apunten...¡amor! "Bienvenido presidente, para seguir estrechando nuestras relaciones, nuestras luchas", sostuvo el mandatario venezolano en una conferencia de prensa conjunta con el iraní.
"Muchas de las arepas (plato esencial en Venezuela) con las que están alimentando nuestros pueblos vienen de las procesadoras iraníes, plantas procesadoras de leche", explicó un emocionado Chávez.
Irán ha levantado casas, plantas lecheras y ensambladoras de autos en el país sudamericano.
Chávez hizo gala de su carácter irónico y dijo que tenían razón los que aseguran que tiene bombas y cañones apuntando a Washington, listos para disparar.
"Es para reírnos, pero para estar alertas también, nosotros ciertamente vamos a trabajar mucho para unas bombas, para unos misiles, para seguir dando una guerra. La guerra nuestra es contra la miseria, la pobreza (...) esa es nuestra guerra", sostuvo lanzando una mirada de camadarería a Ahmadinejad.
El líder iraní le siguió la broma y sostuvo que las bombas que tienen están llenas de amor por los pueblos y la libertad.
"Nosotros amamos a todos los pueblos, incluso al pueblo estadounidense que sufre bajo el dominio de los arrogantes", sentenció Ahmadinejad.
Irán está en el centro de la escena mundial luego de que amenazó con cerrar el Estrecho de Ormuz, vital para el tránsito petrolero mundial, si sus exportaciones de crudo se ven afectadas por más sanciones aprobadas por Estados Unidos por su programa nuclear.
Potencias occidentales temen que su trabajo de enriquecimiento de uranio sea una cubierta para fabricar armas atómicas, señalamiento que Teherán ha negado insistentemente.