Con unos pocos miles de votos de diferencia entre ambos candidatos, hay otros 300.000 sufragios cuestionados por las agrupaciones de Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori que estaban siendo revisados por las autoridades, quienes aseguraron que los resultados finales se conocerían el fin de semana.
Lima. La incertidumbre por el resultado de la elección presidencial en Perú aumentaba el martes mientras la ventaja del veterano economista Pedro Pablo Kuczynski sobre Keiko Fujimori, la hija de un ex presidente preso, se erosionaba a décimas.
Con el 95,5% de los votos contabilizados, Kuczynski obtenía un 50,14% y Fujimori un 49,86%, una diferencia de apenas 0,28 puntos porcentuales o 47.187 votos, dijo el organismo electoral peruano (Onpe).
En los comicios más cerrados del país minero en las últimas cinco décadas, todavía estaban en juego medio millón de votos que provienen de zonas remotas de Perú y del exterior, la mayoría de ciudadanos que sufragaron en Europa y Estados Unidos.
Además hay otros 300.000 votos cuestionados por las agrupaciones de ambos candidatos que estaban siendo revisados por las autoridades, quienes aseguraron que los resultados finales se conocerían el fin de semana.
"Nosotros pedimos tranquilidad a la espera los resultados finales", dijo el jefe del organismo electoral, Mariano Cucho. "Estamos trabajando desde un punto técnico y responsable".
Decenas de simpatizantes de Kuczynski y Fujimori, con banderolas alusivas a sus respectivos partidos políticos, se habían apostado en la noche del lunes frente al organismo electoral en una vigilia a la espera de los resultados oficiales que determinen quién será el nuevo presidente del país.
Kuczynski, un ex ministro de Economía de 77 años, había ganado terreno en los últimas días con promesas de respetar la democracia y acelerar la expansión de la economía. Pero también recibió un impulso al ser considerado por distintas agrupaciones políticas como la última oportunidad para detener el avance de la hija mayor del ex presidente Alberto Fujimori al poder.
Con la carga de su apellido, Fujimori, de 41 años, ha sido blanco de protestas de muchos peruanos que no olvidan el autoritarismo de su padre, condenado a prisión por abusos a los derechos humanos y corrupción durante su década en el poder.
Ambos candidatos de centroderecha prometieron durante la campaña electoral que mantendrán el modelo económico de libre mercado que hasta hace unos años hizo crecer al país mucho más rápido que a otros vecinos latinoamericanos. Por eso, los mercados financieros han permanecido tranquilos.
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Cautela y optimismo por ambos lados. En los cuarteles de ambos candidatos se respiraba optimismo. Los equipos de campaña estaban reunidos cada uno por su lado con Kuczynski y Fujimori para analizar el avance de la votación.
"Creemos que (la diferencia) se va a ampliar ligeramente, pero esperamos por respeto a las normas la información a la Onpe. Estamos confiados esperando el resultado final", dijo a periodistas el candidato a la primera vicepresidencia de Kuczynski, Martín Vizcarra.
Fujimori se trasladó a la sede de su partido en Lima en una camioneta y saludó con su mano a algunos curiosos y a los periodistas que la seguían. Una fuente cercana a la candidata dijo que ella esperará para manifestarse hasta el conteo del último voto en juego.
La ex legisladora Fujimori intenta por segunda vez convertirse en la primera mujer en gobernar Perú tras haber caído en el 2011 frente al saliente presidente Ollanta Humala.
Si Kuczynski llega a la presidencia, el ex funcionario del Banco Mundial e hijo de inmigrantes europeos tendrá que lidiar con un Parlamento unicameral en donde el partido Fuerza Popular de Fujimori tiene mayoría absoluta: 73 de 130 legisladores.
La agrupación del candidato, Peruanos por el Kambio, sólo logró 18 bancas en la primera ronda electoral y por eso también tendría que buscar acercamientos con el partido de la líder izquierdista Verónika Mendoza.
"Sería la bancada más débil de un próximo gobernante, no visto en los últimos cuatro gobiernos", dijo Eduardo Ferrero, un ex ministro de Comercio Exterior y analista político.
Aunque muchos creen que "el gringo" es demasiado mayor para gobernar, es uno de los pocos políticos importantes en Perú que no ha estado envuelto en escándalos de corrupción y eso también parece haber jugado a su favor.
A diferencia de su cruzada anterior por llegar al poder, Fujimori esta vez intentó alejarse de su padre, que pese a todo aún es elogiado por muchos por haber acabado con la guerrilla de izquierda y sentado las bases para la expansión económica.