Amado Boudou señaló que en la audiencia de este lunes hizo una exposición y luego respondió "todas las preguntas" que tanto el juez del caso, Ariel Lijo, como el fiscal Jorge di Lello quisieron hacerle.
Buenos Aires. El vicepresidente argentino, Amado Boudou, dijo que pedirá ampliar la extensa declaración que prestó hoy ante un juez que le investiga por presuntas negociaciones incompatibles con la función pública para la compra de la imprenta de papel moneda Ciccone.
"Todo lo que sucedió hoy tiene que ver con el análisis técnico-jurídico de la causa. Las cuestiones políticas yo me las guardé para otra instancia. Voy a ampliar esta declaración", dijo Boudou a la prensa al retirarse de los Tribunales.
El vicepresidente señaló que en la audiencia hizo una exposición y luego respondió "todas las preguntas" que tanto el juez del caso, Ariel Lijo, como el fiscal Jorge di Lello quisieron hacerle.
"Yo hoy concluí mi declaración jurídica y le dejé constancia al juez de que voy a pedirle ampliar mi declaración, cuando lo creamos conveniente, pero va a ser pronto", aseguró Boudou.
El vicepresidente aseguró que no grabó su declaración en vídeo, pero que una copia escrita completa e su comparecencia será subida en las próximas horas en su perfil de Facebook.
Boudou había solicitado trasmitir en vivo, por televisión, su declaración, pero el magistrado rechazó esa posibilidad.
De acuerdo al auto de citación firmado por Lijo, el vicepresidente está acusado de haber comprado, junto a José María Núñez Carmona, empresario y amigo del funcionario, la imprenta Ciccone Calcográfica en septiembre de 2010, cuando Boudou era ministro de Economía.
La operación se habría realizado a través de la firma The Old Fund, presidida por Alejandro Vandenbroele, "con el fin último de contratar con el Estado nacional la impresión de billetes y documentación oficial", según la resolución judicial.
Vandenbroele es señalado como presunto "testaferro" de Boudou, vínculo negado por el vicepresidente, quien estuvo al frente del Ministerio de Economía entre julio de 2009 y diciembre de 2011.
En julio de 2010, un juzgado del fuero comercial declaró la quiebra de Ciccone -denominada actualmente Compañía de Valores Sudamericana- a petición de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) por deudas impositivas.
La Justicia levantó la quiebra tres meses después, a solicitud de la propia empresa, tras haber negociado un plan de pagos con la AFIP, y luego la imprenta quedó en manos de The Old Fund.
Según el auto de citación, Boudou, "aprovechando su condición de funcionario público", y Núñez Carmona, habrían acordado con los entonces dueños de Ciccone la cesión del 70% de la empresa "a cambio de la realización de los actos necesarios para que la firma pudiera volver a operar y contratar con la Administración Pública".
Boudou, según el escrito, "habría tenido injerencia, de forma directa, presenciando las reuniones para la adquisición", y, junto a Resnick Brenner, jefe de asesores del Fisco, "en el trámite de un plan de pagos ilegal en la AFIP".
"Asimismo, habría intervenido, a través de personas interpuestas, en los actos necesarios para el levantamiento de la quiebra, con el objetivo de obtener el certificado fiscal para contratar con el Estado nacional. Esa finalidad se habría visto satisfecha una vez que Boudou ya era vicepresidente en, al menos, una oportunidad con Casa de la Moneda", afirma el auto.