Martín Vizcarra, quien retornó al país tras cumplir sus funciones de embajador en Canadá desde septiembre, fue recibido por decenas de simpatizantes en el aeropuerto de Lima, con pancartas de bienvenida y tortas con velas de cumpleaños número 55.
Lima. El vicepresidente de Perú y embajador en Canadá, Martín Vizcarra, llegó el viernes a Lima y pidió "fé y optimismo" para sacar adelante al país andino, a pocas horas de asumir la presidencia tras la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski.
El ingeniero tomará juramento como jefe de Estado en el Congreso unicameral, en una sesión plenaria, después de que el Legislativo acepte formalmente la renuncia de Kuczynski con la esperanza de salir de una crisis política que ha afectado a una de las economías más estables de América Latina.
Vizcarra, quien retornó al país tras cumplir sus funciones de embajador en Canadá desde septiembre, fue recibido por decenas de simpatizantes en el aeropuerto de Lima, con pancartas de bienvenida y tortas con velas de cumpleaños número 55.
"Fe y optimismo, el Perú siempre puede salir adelante", dijo Vizcarra en breves declaraciones a la prensa, antes de levantar una camiseta de la selección de fútbol de Perú -que participará en el Mundial de Rusia- que le entregó un simpatizante.
El Congreso inició el jueves un debate sobre la renuncia de Kuczynski, que fue postergado hasta el viernes para esperar a Vizcarra y así evitar un vacío de poder en el país minero.
Tras su juramento del cargo y colocarse la tradicional banda presidencial, Vizcarra, considerado como un hábil negociador, dará un mensaje en el Congreso dominado por oposición.
Kuczynski, un exbanquero que asumió la presidencia en el 2016, renunció el miércoles presionado luego de la difusión de videos y audios que mostraron una supuesta compra de votos para rechazar la destitución del mandatario, acusado de haberse beneficiado de contratos con la empresa brasileña Odebrecht.
Vizcarra fue llamado por Kuczynski para integrar su fórmula presidencial en las elecciones del 2016, debido a sus dotes para desactivar conflictos sociales en un país donde las comunidades reclaman mayores beneficios por la explotación de recursos naturales.