Aunque puedan sentirse más seguros, con un desempleo urbano de 12,3% en marzo y miles de personas trabajando en el sector informal, los colombianos buscan que el próximo presidente pueda generar puestos de trabajo y superar la crisis de la salud.
Bogotá. Jorge Parra votó hace ocho años por el presidenteAlvaro Uribe porque estaba cansado de la violencia y de los permanentesataques de la guerrilla en Colombia.
Sin embargo, el vendedorambulante ahora dice que es la generación de empleo y no la seguridadel factor decisivo que moverá a los electores para los comicios del 30de mayo.
El caso de Parra pone de relieve un cambio en lasprioridades de los votantes en un país donde los atentados y asesinatosfueron los titulares del día durante décadas.
Pero con unamejora en la seguridad, las encuestas muestran ahora al desempleo y ala salud como principales preocupaciones entre los votantes para elegirel sucesor de Uribe.
"¿Por qué estamos aquí? Porque no haytrabajo. Por eso la gente acude a robar y matar", dijo Parra, de 48años, un padre de tres hijos que vende dulces en las calles de Bogotá.
CuandoUribe fue elegido por primera vez en 2002, los rebeldes de laguerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)amenazaban las grandes ciudades y tenían el control de extensas zonasrurales.
Uribe impulsó en sus dos periodos de gobierno unaofensiva militar apoyada por miles de millones de dólares de EstadosUnidos que debilitó a los rebeldes hasta obligarlos a replegarse aapartadas zonas selváticas y montañosas.
Aunque puedansentirse más seguros, con un desempleo urbano de 12,3% enmarzo y miles de personas como Parra trabajando en el sector informal,los colombianos buscan que el próximo presidente pueda generar puestosde trabajo y superar la crisis en el sector de la salud.
Losdos principales candidatos -el ex ministro de Defensa Juan ManuelSantos y el ex alcalde de Bogotá Antanas Mockus- prometen darcontinuidad a las principales políticas de Uribe.
Ambos sehan comprometido a mantener la seguridad y las políticas proempresariales pero con un mayor énfasis en el desarrollo económico ysocial.
Recientes encuestas muestran que posiblemente seránecesaria una segunda vuelta, el 20 de junio, debido al empate técnicoque se registra entre Santos y Mockus.
Preguntados sobre susprincipales preocupaciones, 39,4% de colombianos respondióque reducir el desempleo, seguido de la mejora de los servicios desalud con el 11,9%, de acuerdo con una reciente encuestarealizada por Invamer-Gallup. La inseguridad está en un tercer lugar.
Empleo, un factor determinante. "Laseguridad sigue siendo un factor pero la gente ya no lo ve como el temadominante en estas elecciones", dijo Roberto Steiner, director delcentro de estudios económicos Fedesarrollo.
"En Colombia seobservan las tasas de desempleo más altas del continente, por eso no mesorprende la preocupación de la gente. He visto las encuestas y meparece perfectamente razonable", explicó.
El gerente deInvamer-Gallup, Jorge Londoño, dijo que la violencia guerrillera yparamilitar obligó en el pasado a los colombianos a tener en cuentaprimero la seguridad al momento de votar. Pero con el compromiso de loscandidatos a no ceder en la lucha contra la guerrilla y de mantener laestrategia de seguridad, los temas sociales subieron en la lista.
"Estecambio indudablemente proviene del éxito de Uribe en la mejora de laseguridad, al punto en que la gente ya no ve prioritario el problema deseguridad", dijo Londoño.
Pero analistas coinciden en que la elección podría decidirse por otros factores.
AunqueUribe goza de una popularidad de 70%, su segundo mandatoha estado marcado por escándalos de violaciones a los derechos humanosy corrupción, incluyendo escuchas ilegales a políticos de la oposicióny ejecuciones extrajudiciales de civiles presentados como miembros degrupos armados ilegales muertos en combate.
En abril Mockuslogró un ascenso en las encuestas sobre intención de voto con sumensaje de gobierno limpio, mientras que analistas dicen que Santospudo haber sufrido por sus estrechos vínculos con el gobierno de Uribey sus escándalos.
"Cuando las personas dicen que el principalproblema es el desempleo, no van a votar por alguien que ofrece elprograma de empleo más creíble", afirmó Londoño. "Al final, van adecidir entre la seguridad, votando por Santos, o manejar la corrupcióncon la transparencia que ofrece Mockus", explicó.
Perovendedores ambulantes como Liliana Vergara, quien comenzó a ofrecerminutos de celular en la calle cuando perdió su empleo, deberán decidirentre Santos y Mockus con la esperanza de un futuro más prometedor.
Losvendedores ofrecen desde flores hasta bolsas de basura desechables enlas calles de las principales ciudades de Colombia, donde más de 3millones de personas fueron desplazadas por el conflicto y muchosbuscan un refugio seguro engrosando los cinturones de miseria de lasgrandes urbes.
Incluso el hijo de Vergara, Hugo Arévalo, de21 años, quien hizo un año obligatorio de servicio militar, ha estadoluchando para encontrar un trabajo. "He enviado mi hoja de vida a todaspartes. Pero dicen que no estoy calificado", dijo.