Otro factor importante de esta cumbre, que se desarrollará el 16 y 17 de noviembre, será el de potenciar la educación y, sobre todo, promocionar a las pequeñas y medianas empresas (Pymes).
Madrid. La XXII Cumbre Iberoamericana, que se celebra desde mañana y hasta el sábado en Cádiz (sur de España), buscará impulsar una relación renovada entre Europa y América Latina, en que se aborden cuestiones fundamentales como el desarrollo económico al servicio de la ciudadanía y el desarrollo de las infraestructuras.
Otro factor importante de esta cumbre será el de potenciar la educación y, sobre todo, promocionar a las pequeñas y medianas empresas (Pymes), tema acerca del cual el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se muestra confiado porque en un futuro desembarquen en Latinoamérica también "pequeñas y medianas empresas".
La Cumbre Iberoamericana de Cádiz contará con la asistencia de una veintena de jefes de Estado y de Gobierno de los 24 países posibles, además de Andorra y Portugal, lo que el Gobierno anfitrión considera un importante éxito de la diplomacia española.
La visita más importante será la de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que aprovechando su estancia en Cádiz realizará a partir del lunes una visita oficial a España.
En la cumbre de países de habla hispana también hay que destacar "la necesaria creación de empleo digno para todos nuestros ciudadanos", tal como señaló el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, heredero de la corona española, recientemente con motivo del encuentro de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latina (Eurolat), en Cádiz.
En opinión de expertos en asuntos latinoamericanos, el cónclave iberoamericano, nacido en 1991 en Guadalajara, México, debe profundizar el compromiso de España con Iberoamérica e intentar buscar acuerdos que favorezcan a ambas partes.
También se aprobará en esta reunión de Cádiz la creación del Centro Iberoamericano de Arbitraje para mediar en litigios o el apoyo a una Escuela Iberoamericana de Policía, entre otras propuestas.
Asimismo, la "Declaración de Cádiz" y el Plan de Acción se aprobarán mañana viernes en la Cumbre Iberoamericana, marcada por la depresión y la crisis económica en los países europeos y el temor al contagio en las dinámicas economías latinoamericanas.
Otro de los objetivos de esta cumbre será la ayuda mutua para generar crecimiento y empleo y la configuración de un nuevo orden mundial, dando más peso a los países emergentes.
Otro de los actos importantes será la celebración del 200º aniversario de la Constitución Liberal de 1812, documento que "oficializó" la ascendencia de España en Iberoamérica.
Una de las novedades más notorias en esta cumbre será la presencia por primera vez de Marruecos, que acude como país observador y una delegación encabezada por el presidente de su gobierno, Abdelilah Benkirán, así como la participación del presidente de Haití, Michel Martelly.
También asistirán a esta cumbre personalidades como el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso; la Alta Representante para la Política Exterior de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton; el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza; el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, y el secretario general de la OCDE, Angel Gurría.
Otra novedad, revelada por el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, será que el ex presidente chileno Ricardo Lagos será el encargado de presidir el grupo de reflexión a cargo de reformar las Cumbres Iberoamericanas, que previsiblemente dejarán de ser anuales para celebrarse cada dos años, mientras la decisión sobre el futuro de estas citas se tomará el año próximo en Panamá, que recogerá el testigo de Cádiz.
En principio, la ausencia de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, al parecer por problemas de salud, no ha creado, según fuentes gubernamentales, inquietud en el Ejecutivo español, dadas las circunstancias especiales tras el contencioso por la expropiación de las acciones de la empresa español Repsol en la compañía argentina de YPF.
También se confirmó la no asistencia del presidente de Cuba, Raúl Castro, quien, en opinión de los analistas, nunca acude a estas cumbres.
Pese a que en un principio se dijo no participaría, el gobernante de Venezuela, Hugo Chávez, podría tomar parte en la cumbre después de su importante triunfo en las elecciones venezolanas, según medios de prensa.
Tampoco estará el presidente de Paraguay, Federico Franco, en este caso por recomendación directa del propio jefe del ejecutivo español, Mariano Rajoy, quien le convenció el pasado mes de septiembre en Nueva York para que renunciara a asistir a la cumbre por la forma en que se destituyó a su predecesor, Fernando Lugo, en menos de 48 horas.
Y, por razones obvias, el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, no viajará a Cádiz a consecuencia del devastador terremoto que afectó recientemente al país centroamericano, dejando a 52 muertos y 22 desaparecidos, según cifras preliminares.