La famosa disidente partirá este domingo a Brasil, y luego irá a República Checa, España, México, Estados Unidos, Holanda, Alemania y Perú, entre otros países.
La bloguera crítica cubana Yoani Sánchez se declaró "feliz" ante el viaje que emprende este domingo a diez países del mundo y que la tendrá fuera de la isla durante 80 días, aunque tiene un sentimiento "agridulce" por las limitaciones que aún mantiene la reforma migratoria de su país.
Tras una veintena de negativas en los últimos cinco años para poder viajar al exterior, Yoani Sánchez partirá a mediodía de este domingo desde La Habana rumbo a Brasil, país que será la primera escala de la gira que la llevará también a República Checa, España, México, Estados Unidos, Holanda, Alemania y Perú, entre otros.
Con el sentimiento de haber "ganado una pequeña victoria personal, periodística, ciudadana y jurídica" la autora del blog "Generación Y" dijo que tiene la impresión de estar viviendo "un sueño" pero que también siente un "sabor agridulce".
"Es una victoria limitada porque la reforma migratoria de Cuba todavía no contempla la posibilidad de entrar y salir de la isla como un derecho inherente por el mero hecho de haber nacido en este país", dijo la bloguera en declaraciones a periodistas en el aeropuerto de La Habana.
Yoani Sánchez viaja "ligera de equipaje", dijo parafraseando al poeta español Antonio Machado, y su principal equipaje, según señaló, son sus "ansias" de conectarse libremente a internet y de conocer el mundo y su realidad "con sus claros y oscuros".
"Lo más importante no lo llevo en la maleta, lo llevo aquí", dijo la bloguera señalando su cabeza.
En enero pasado, las autoridades cubanas otorgaron a Sánchez el pasaporte que solicitó tras la nueva reforma migratoria que flexibiliza los viajes de los cubanos al extranjero y eliminó engorrosos y costosos trámites como el permiso de salida al exterior.
Aunque todavía se mantienen algunas restricciones en los movimientos al exterior de los cubanos, en los últimos días han podido viajar sin problemas algunos críticos del régimen como el ingeniero informático Eliécer Ávila y Rosa María Payá, hija del fallecido opositor Oswaldo Payá.