Tras años de batallas sobre presupuesto y otras materias, aparecerán nuevas pugnas cuando los republicanos -que ya controlan la Cámara de Representantes- asuman también una posición dominante en el Senado el martes, después de derrotar a los demócratas en las elecciones de mitad de período de noviembre.
Washington. Los republicanos asumirán el control del Congreso de Estados Unidos esta semana con una agenda que intentará forzar la aprobación del oleoducto Keystone XL y frenar los cambios de política del presidente Barack Obama hacia Cuba y la inmigración.
Después de años de batallas sobre el presupuesto y otras materias, aparecerán nuevas pugnas cuando los republicanos que ya controlan la Cámara de Representantes asuman también una posición dominante en el Senado el martes, después de derrotar a los demócratas en las elecciones de mitad de período de noviembre.
Molestos por la decisión del presidente de evadir al Congreso en materias como la inmigración -a través del uso de facultades ejecutivas- los republicanos han dicho que darán la pelea en una serie de asuntos.
Obama ha prometido ocupar su veto presidencial si los republicanos aprueban una legislación a la que él se oponga, pero también ha dicho que cree que puede encontrarse puntos comunes en algunas áreas, incluyendo el comercio, los cambios al código tributario y el impulso al gasto en infraestructura.
Alcanzar acuerdos no será fácil en medio de la desconfianza de ambas partes.
"El repentino argumento de que vas a trabajar con los miembros del Congreso después de haberlos ignorado por años es más bien absurdo", dijo Kevin Smith, portavoz del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner.
Mientras el Congreso se reúne, Obama tiene previsto realizar una gira de tres días a Michigan, Arizona y Tennessee para delinear su propia agenda para el 2015.
El republicano Mitch McConnell, que se convertirá en líder la de mayoría del Senado, dijo que el primer ítem de su agenda será la legislación para forzar la aprobación del oleoducto Keystone XL de TransCanada Corp.
La iniciativa, que ha estado bajo revisión de la administración Obama por años, ayudaría a transportar petróleo desde los campos de arena bituminosa de Canadá hacia la costa estadounidense del Golfo de México.
Muchos demócratas ven el proyecto como una amenaza al medioambiente, pero sus partidarios lo consideran una fuente de creación de empleo y un factor que aumenta la seguridad energética de América del Norte.
Otra batalla legislativa se producirá cuando el Congreso considere el financiamiento del Departamento de Seguridad Nacional.
La ley de financiamiento del gobierno de US$1,1 billones, aprobada a mediados de diciembre, entrega fondos para el en general hasta septiembre, salvo para el Departamento de Seguridad Nacional que cuenta con recursos sólo hasta el 27 de febrero.
El límite en el financiamiento forma parte del esfuerzo de los republicanos por bloquear recursos para la implementación de las medidas ejecutivas de Obama que garantizan una suspensión temporal de las deportaciones para algunos inmigrantes indocumentados.
Los republicanos también han discutido utilizar la disputa sobre los fondos para el Departamento de Seguridad Nacional como un instrumento para desafiar la histórica decisión de Obama de normalizar las relaciones con el gobierno del Cuba.