Los educadores están en huelga desde hace semanas. Desde entonces, las guarderías permanecen cerradas. Los padres que trabajan buscan una alternativa. En muchos casos, los abuelos son la solución.
Dos tercios de los alemanes mayores de sesenta años son abuelos. Más de la mitad de ellos se ocupa regularmente, durante varias horas diarias, de sus nietos. Además, para el 90 por ciento de ellos, esa actividad es importante. Y es que se gastan en sus nietos entre veintidós y treinta mil millones de euros.
Estos datos han sido elaborados conjuntamente por el Centro de Gerontología Alemán (DZA, por sus siglas en alemán), una encuesta representativa del instituto demoscópico Emnid y un estudio de las edades por encargo del Ministerio Federal de Familia, Tercera Edad, Mujeres y Juventud.
Según estas cifras, todo es de buen parecer y corresponde a la imagen que la industria publicitaria ofrece de nuestros mayores: son ágiles y están en buena forma, están disponibles a todas horas y son financieramente independientes. Por consiguiente, podrían ser de gran ayuda si las guarderías infantiles se ven obligadas a cerrar sus puertas a causa de, por ejemplo, una huelga. De hecho, a muchos de los padres que han tenido un hijo siendo aún jóvenes, les gusta dirigirse a sus padres y no tienen ningún miedo a pedir consejo. El caso es que son principalmente los abuelos los que intervienen y se hacen cargo del cuidado de los niños.
La distancia marca la realidad. Los hogares en los que conviven varias generaciones ya no son muy habituales en Alemania. Según unas recientes estadísticas demográficas, solamente el 1 por ciento de los abuelos comparte hogar con sus hijos y nietos. La mayoría de las familias vive a más de cincuenta kilómetros de los abuelos. A mayor nivel educativo y laboral de los padres, mayor es la distancia con los abuelos. En cambio, aquellos que se encuentran en una edad avanzada y ya no están en tan buena forma, viven más cerca.
A través del estudio “Crecer en Alemania, vida cotidiana”, el Instituto Alemán de los Juventud en Múnich ha constatado que el 50 por ciento de los niños que viven a quince minutos de sus abuelos, están más atendidos. Por el contrario, solamente el 8 por ciento de los niños que viven a más de una hora de sus abuelos, es cuidado por ellos.
“Desde hace años, la cuota de los abuelos que se encargan del cuidado de los niños no cambia”, explica Christian Alt, sociólogo del Instituto Alemán de los Jóvenes. Casi 25.000 personas han sido preguntadas. El resultado: solo un tercio de todos los niños es cuidado de los abuelos, dependiendo de la distancia y su desarrollo social.
Cada vez más abuelos son “demasiado jóvenes”. La media de edad con la que se es abuela en Alemania es 52 años, 55 en el caso de los hombres. Por lo tanto, los parientes de esta generación tienen una edad en la que se encuentran en medio de su vida profesional. Por consiguiente, no pueden apoyar mucho a sus nietos durante sus primeros años. Las exigencias en la vida profesional son altas y siguen intensificándose. Este problema aumentará en el futuro. Debido a la prolongación del período productivo hasta los 67 años, los futuros abuelos sopesarán aún más, si cabe, hasta qué punto se pueden frenar profesionalmente. Si les gusta cuidar de sus nietos, por ejemplo, deberán contar con notables recortes en la cuantía de sus pensiones. Hay que añadir que el modo de las mujeres de verse a sí mismas ha cambiado. Las abuelas más jóvenes quieren seguir planeando ellas mismas su tiempo de ocio. El cuidado de nietos ya no lo consideran como lo más natural del mundo, resumen los investigadores de la conducta social.
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El papel de los abuelos es importante. Aunque solamente un tercio de los niños menores de seis años es cuidado por sus abuelos, ellos son las personas más importantes en la vida infantil, después de padres y educadores. “Padres y abuelos se quieren y se valoran”, dice Walter Bien del Instituto Alemán de los Jóvenes. Su compañero Christian Alt confirma la importancia de los mayores para la generación más joven: “Viven tradiciones y valores distintos, y por esto ven a los propios padres de otra manera”. Aproximadamente el 80 por ciento de los padres opina que ha tenido buenas experiencias gracias a los abuelos y que además éstos influyeron en su carácter.
Según las encuestas y los proyectos de investigación, los abuelos también ven enriquecedor el cuidado de sus nietos, porque el contacto les ayuda a mantenerse jóvenes. Para fomentar esto aún más, la política ha hecho varias veces la propuesta de introducir una subvención destinada a los abuelos por hacerse cargo del cuidado de los niños en el hogar, la cual se pagaría como un extra a sus pensiones. De momento, esto todavía no se ha podido implantar. En cambio, algunos tribunales de Hacienda sí han aceptado deducir los gastos. Sin embargo, la llamada de los padres hacia los abuelos como sustitutos de las guarderías infantiles no tendrá lugar en la mayoría de las familias.