La cifra de víctimas podría elevarse debido a que se ha reportado más de 20 desaparecidos debido a las avalanchas, causadas por las precipitaciones en una zona andina del país.
Lima. A 28 se elevó el número de muertos por dos avalanchas de lodo y piedras que arrasaron dos remotas localidades en una zona andina de Perú castigada por intensas lluvias, dijo el viernes Defensa Civil, una tragedia en medio de las celebraciones de Semana Santa en el país andino.
El primer alud se registró la noche del jueves y el segundo horas después el viernes en la provincia de Ambo, en la región Huánuco, al este de Lima, dijo el jefe de la región centro de Defensa Civil, Hipólito Cruchaga, a la agencia estatal Andina.
La cifra de víctimas podría elevarse debido a que se ha reportado más de 20 desaparecidos debido a las avalanchas, causadas por las fuertes precipitaciones en la zona, refirió.
La Secretaría de Prensa del Gobierno, a través de su cuenta Twitter, dijo que el presidente Alan García se reunió con el primer ministro Javiér Velásquez para analizar la situación de los damnificados y disponer el rescate de las víctimas.
García y Velásquez viajarán el sábado a la zona de desastre, informó.
Defensa Civil dijo que los damnificados ascenderían a 600 y hay unas 120 viviendas destruidas por el lodo y piedras. El temporal dejó además al menos 50 heridos, agregó.
A inicios de marzo, al menos 15 personas murieron por inundaciones o desbordes de ríos en el sureste de Perú, debido a fuertes lluvias, frecuentes en los Andes peruanos durante el período de verano en la costa del Pacífico.
En febrero, miles de turistas quedaron atrapados por algunos días en una localidad cercana a la ciudadela inca Machu Picchu, ubicada en Cusco, debido al corte de la principal vía de la zona bloqueada por las fuertes precipitaciones.
Las lluvias se han agudizado en los últimos dos meses debido al fenómeno climático de El Niño, que según expertos durará hasta el comienzo del verano boreal del 2010.
El fenómeno de El Niño es un anormal calentamiento de las aguas en la parte ecuatorial del Océano Pacífico, que perturba con lluvias y sequías los patrones climáticos globales.