Hasta este viernes, Argentina tenía un total de 114.783 casos, con 2.133 muertos, cifras que crecieron con fuerza en julio pero que siguen siendo muy inferiores a las de algunos de sus vecinos sudamericanos.
Buenos Aires. La cuarentena que cumplía Argentina, en particular la capital y sus suburbios, se abrirá de forma escalonada desde el sábado, informó el viernes el presidente Alberto Fernández, gracias a la estabilización de los contagios de COVID-19 en el país.
Hasta este viernes, Argentina tenía un total de 114.783 casos, con 2.133 muertos, cifras que crecieron con fuerza en julio pero que siguen siendo muy inferiores a las de algunos de sus vecinos sudamericanos.
"Fue muy importante el esfuerzo que hicimos (...) Estamos entre los países con menos muertes", señaló Fernández en un discurso junto a gobernadores provinciales en la residencia presidencial, en los suburbios de Buenos Aires.
La nueva etapa de la cuarentena se extenderá hasta el 2 de agosto, cuando se evaluará si se abre aún más el confinamiento social, y en Buenos Aires implicará la reapertura de comercios y mayores libertades para actividades recreativas, como se decretó para el resto del país hace semanas.
Las escuelas y gran parte de las oficinas permanecerán cerrados por ahora en la capital y sus alrededores.
"Venimos cumpliendo una serie de objetivo y somos optimistas. Vamos a ir tratando de volver a la vida habitual", dijo Fernández, aunque añadió que "estamos muy lejos de superar el problema (...) nos interesa que el sistema de salud no colapse".
Aunque el Gobierno otorgó amplios subsidios a comercios y empleados perjudicados por la pandemia, se prevé que el coronavirus aseste un golpe duro a una economía que estaba en recesión desde 2018, con una alta inflación, un aumento de la pobreza y un endeudamiento insostenible.