La muerte de uno de los mejores y más carismáticos futbolistas de la historia, acaecida este miércoles en su casa de los suburbios de Buenos Aires, disparó hondas reacciones y homenajes en todo el mundo, incluyendo a mandatarios y al Papa Francisco.
Buenos Aires. Una multitud de hinchas y personalidades del deporte y la política comenzaron a llegar el jueves a la mítica Casa Rosada de Argentina para despedir al ícono del fútbol Diego Armando Maradona, quien falleció a los 60 años por una insuficiencia cardíaca.
La muerte de uno de los mejores y más carismáticos futbolistas de la historia, acaecida este miércoles en su casa de los suburbios de Buenos Aires, disparó hondas reacciones y homenajes en todo el mundo, incluyendo a mandatarios y al Papa Francisco.
"Gracias por haber jugado al fútbol, porque es el deporte que me dio más alegría, más libertad. Es como tocar el cielo con las manos. Gracias a la pelota", aseguró Maradona que diría en su propio funeral, en un programa televisivo que el ídolo conducía en 2005.
Medios argentinos esperan que hasta un millón de personas se acerque a despedir a su ídolo a la Casa de Gobierno, un número enorme en medio de la pandemia de coronavirus que sacude al mundo.
En un anticipo del velatorio, que la familia decidió que se extienda hasta la tarde del jueves, decenas de miles de argentinos salieron a las calles a rendirle homenaje, dejando flores y mensajes en lugares emblemáticos de su vida en Argentina.
Una multitud colmó durante toda la noche la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, para rendir homenaje al astro y esperar para darle su adiós.
A las 6 de la mañana se abrieron las puertas del palacio presidencial. El féretro con los restos de Maradona estaba cubierto con una bandera de Argentina y una camiseta de la selección nacional con el número 10, como la que usaba el ídolo.
"Yo soy hincha de Racing Club, pero para mí trasgrede lo que son los clubes. (Maradona) es Argentina, es el pueblo. Es todo básicamente para mí", dijo a Reuters Gonzalo Vera, un empleado de 21 años frente al estadio del club Boca Juniors, del que Maradona era un reconocido hincha.
El histriónico y polémico ídolo había alcanzado fama global tras el genial campeonato que jugó en México 1986, donde llevó a Argentina a su segundo título mundial con algunos de los goles más recordados de la historia de la Copa del Mundo.
"Diego" o "Pelusa", como se lo conocía, tuvo una prolongada carrera que incluyó su paso por Argentinos Juniors, Boca Juniors, Barcelona de España y Napoli de Italia, entre otros clubes.
El ídolo arrastraba diversos problemas de salud por sus abusos con drogas y alcohol y semanas atrás se le había practicado una cirugía craneal. En más de una oportunidad en las últimas décadas debió ser internado de urgencia para salvar su vida.
El Gobierno de Argentina decretó tres días de duelo nacional, mientras que los homenajes -que comenzaron con minutos de silencio en la Copa Libertadores y la Champions League e incontables muestras de afecto en las calles y en las redes sociales- se repiten en todo el mundo.
"Fue alguien que tocó el cielo con las manos pero nunca despegó los pies de la tierra", dijo el presidente de Argentina, Alberto Fernández, el miércoles por la noche en una entrevista con el canal de televisión Todo Noticias.