"En las mejores épocas (en esta reserva natural) se tenían unas 32 lagunas, pero ahora éstas han disminuido drásticamente y sólo están permaneciendo las lagunas más profundas", dijo un miembro del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap).
La Paz. Un recorrido por los 7.147 kilómetros de la Reserva Eduardo Abaroa (REA), ubicada al suroeste del departamento de Potosí, en la provincia Sud Lípez, constató que en al menos tres lagunas bajó el nivel del agua y los nevados desaparecieron de los cerros del lugar.
Según Fernando Villarte, técnico en Monitoreo de Conservación del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), "en las mejores épocas (en esta reserva natural) se tenían unas 32 lagunas, pero ahora éstas han disminuido drásticamente y sólo están permaneciendo las lagunas más profundas".
En febrero de este año esa institución hizo un censo y, con ayuda de imágenes satelitales, constató que aún existen 27 lagunas que presentan agua. "Un 10% se han debido secar", concluye Villarte y agrega que las que aún permanecen "han reducido su espejo de agua", señala el periódico La Razón.
Macario Berna Muraña, un escalador que desde 1972 trabaja como guía de montaña en Sud Lípez, recuerda con nostalgia la grandeza de la Laguna Verde, que hoy es una de las más afectadas por la sequía. "Hace unos cuatro años el agua ha comenzado a bajar, pienso yo que en Chile, como siempre, hacen perforaciones (de pozos); por eso se está secando el agua".
Sin embargo, también admite que "el clima está cambiando, ya no llueve. Hace cuatro años no veo nevada, no veo lluvia, si llueve lo hace una horita o media horita nada más". Berna, que es uno de los guías más reconocidos a nivel internacional, recuerda que los cerros que rodean a las lagunas Blanca y Verde eran "auténticos nevados". Hoy, ninguna de esas montañas tienen rastros de blancura, pese a que la temperatura en las noches de invierno pueden sobrepasar los 30 grados bajo cero.
El encargado de Servicios Generales de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), Édgar Rocha, trabaja desde hace 14 años en un puesto que está en las orillas de la Laguna Colorada y asegura que "el tiempo de nevada era mayo, junio, julio, pero a partir del 2002 ha dejado de nevar, la última nevada ha sido el 2002 en los meses de junio, fines de julio y llegó a 1,50 metros de altura". Este año el panorama ha cambiado, "sólo nevó dos días, del 29 de abril al 1 de mayo, y apenas ha llegado a dos centímetros".
El guardaparque de la REA, Román Estelo, que custodia hace 13 años la reserva, considera que la Laguna Verde ha sido la más afectada. "Ya es pequeña, no es como era antes". El problema es que la Laguna Blanca, principal fuente de alimento de la Verde, también está reduciendo su caudal de agua, "se está secando", advierte.
Villarte coincide en que una de las lagunas más afectadas es la Verde; sin embargo, no se hizo un estudio como en el caso de la Laguna Colorada, que "ha reducido en 35% a 40% en su red de agua", según imágenes satelitales.
Eustaquio Berna Esquivel vive hace más de 40 años en las orillas de la Laguna Colorada, donde construyó albergues para los turistas. "Este año no ha nevado nada, nuestros cerros saben ser nevados, por lo menos las puntas; ahora ha cambiado bastante el tiempo, sólo viento corre, esto ha hecho que las aguas de las lagunas se sequen".
Su hijo Jacobo vive en el lugar hace 35 años y recuerda que "el agua (de la Laguna Colorada) era más grande", pero hace "más de dos años que no hay nevadas ni lluvias", lo que provoca que el agua disminuya.
La preocupación se acrecienta porque los bofedales de agua que discurren hacia las lagunas y que sirven para alimentar a los animales silvestres y domésticos de la región, también disminuyeron su caudal.
La sequía causa estragos. "Hace unos cuatro años se ha iniciado una sequía prolongada y severa, lo que está provocando una situación más crítica. Los ecosistemas acuáticos, los bofedales, todos estos paisajes atractivos turísticos están al borde del colapso, en algunos casos. Varias lagunas se han secado, los bofedales también están en ese proceso, hay cambios notorios en el comportamiento de los flamencos, está habiendo lagunas donde no había nidificación y ahora ya hay", describió Fernando Villarte, del Sernap.
Las precipitaciones pluviales que cayeron el 2009 en Sud Lípez disminuyeron en comparación con años anteriores, según reportes del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi).
Por ejemplo, en la estación San Pablo de Lípez, desde el 2000 hasta el 2009, el año en que más lluvia se registró fue el 2005, cuando cayó 478,1 milímetros de agua (cada milímetro equivale a un litro por metro cuadrado). Desde entonces las lluvias disminuyeron. La caída de agua más baja se anotó el pasado año, con 270,3 milímetros.
En el caso de la nieve, el 2009 nevó en nueve oportunidades, el 2005 en cinco, el 2007 y el 2008 a un día y el pasado año no nevó. En la estación San Antonio de Esmoruco, el 2009 también se registraron las lluvias más bajas de los últimos 4 años. No hay datos sobre las nevadas.