Mientras, BP Plc prepara para este miércoles un intento crucial a objeto de sellar el pozo que ha derramado crudo durante cinco semanas en el Golfo de México.
Galliano, EE.UU. Las 11 víctimas fatales de la explosiónque se produjo el mes pasado en una plataforma en el Golfo de Méxicoserán honradas con una ceremonia este martes, mientras BP Plc se preparapara un intento crucial para sellar el pozo que ha derramado crudodurante cinco semanas.
El Gobierno estadounidense redobló estelunes la presión sobre BP para que la firma limpie el "gigantescodesastre ambiental", y un funcionario de alto rango dijo que seimpondrán multas al gigante energético por el enorme derrame depetróleo.
La compañía insistió en que está haciendo todo loque está a su alcance para bloquear la fuga del pozo en el fondo delmar, que vierte miles de barriles de crudo al día en el agua y queamenaza con convertirse en el peor derrame de petróleo en la historiadel país.
BP dijo que hará un nuevo intento este miércoles paradetener la pérdida de crudo, pero sólo le adjudicó entre un 60 y un 70% de posibilidades de éxito.
Si los esfuerzos a corto plazo fallan, BP tardará varios meses en perforar un pozo de alivio para detener la fuga.
Lacompañía ha perdido cerca de un 25% de su valor de mercado-casi US$50.000 millones- desde que comenzó el derrame. Elprecio de sus acciones caía un 3,8% en las operaciones de estemartes en Londres.
Familiares de las víctimas de la explosióndel 20 de abril que hundió a la plataforma Deepwater Horizon asistiráneste martes a una ceremonia privada en Jackson, Mississippi.
Ensu último intento por contener la fuga, BP planea inyectar fluidospesados y luego cemento en la perforación averiada sobre el lechomarino para clausurar el flujo, en un procedimiento llamado "top kill".
Ejecutivosde BP han advertido que "no hay certeza" de que los esfuerzos decontención funcionen porque no se ha intentado nunca antes a unaprofundidad de 1,6 kilómetros, donde está el pozo.
Tressecretarios del gabinete del presidente Barack Obama visitaron la zonadel Golfo de México el lunes para evaluar la situación, que podríaeclipsar al accidente del Exxon Valdez en 1989 en las costas de Alaskacomo el peor derrame de petróleo en la historia de Estados Unidos.
Elcrudo pesado está llegando a las frágiles marismas y refugios de vidasalvaje en Luisiana, poniendo en riesgo la fuente de subsistencia delos residentes de la costa del Golfo.
Más de 300 aves marinashan sido encontradas muertas y el crudo derramado ahora está invadiendozonas vulnerables, amenazando a tortugas marinas, delfines y ballenas.
Una papa caliente. ElSecretario del Interior, Ken Salazar, dijo que el Gobierno podría sacardel medio a BP y federalizar los esfuerzos de limpieza si la firma nohace lo suficiente para detener la fuga.
Pero el comandantede la Guardia Costera Thad Allen, el jefe de la respuesta al desastredesignado por el Gobierno, indicó que la Casa Blanca no tiene muchasopciones excepto continuar dependiendo de BP para que selle el pozo.
"Sacara BP del medio genera el interrogante de "¿reemplazarla con qué?", dijoAllen en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
BP está"agotando todo medio técnico posible" para cumplir con suresponsabilidad legal de sellar la fuga en el pozo dañado y contener elderrame, agregó.
El derrame es una papa caliente para elgobierno de Obama antes de las elecciones legislativas de noviembre,que se espera erosionen el control del Partido Demócrata en el Congreso.
Analistasanticipan que los votantes podrían castigar a los demócratas, más alláde quién termine siendo considerado responsable del desastre.
Elgobernador de Luisiana, Bobby Jindal, quién ha sido un duro crítico dela respuesta del Gobierno ante el desastre, reiteró su llamado a lasautoridades para que envíen más equipos que ayuden a detener elpetróleo.
Jindal dijo que unos 113 kilómetros de la costa de su estado han sido afectados por la marea negra.
Unreporte sobre el desastre, que influirá en si el Departamento delInterior reanudará la emisión de permisos de perforación petrolera enalta mar, será enviado el jueves a Obama, informó la Casa Blanca.
BPdijo que el derrame ha costado US$760 millones de dólares hasta elmomento. La firma prometió hasta US$500 millones de dólares para elestudio de su impacto.