La clase media de Guatemala, cansada de la violencia y ante la falta de espacios para recrearse, ha convertido los centros comerciales en un refugio. Prefiere visitar un sitio bajo techo y con masivas aglomeraciones, pero también con seguridad privada.
La expansión de los centros comerciales ha tomado auge en la última década en Guatemala, al igual que las estadísticas de violencia que convierten a este país centroamericano en una de las cinco naciones más peligrosos del mundo, según organismos internacionales.
El último megaproyecto, un centro comercial de diez pisos (seis de aparcamientos), fue inaugurado en Guatemala la última semana de noviembre. Con 135 kilómetros de construcción y capacidad para casi 2.000 automóviles, "Arkadia Shopping" recibirá en promedio cada mes a 900.000 personas, según los cálculos de la empresa a cargo del proyecto.
La cifra es parecida a la cantidad de visitantes que reciben los otros cinco principales centros comerciales de la capital del país.
La invasión de la población a estos proyectos de gran magnitud no es algo casual. La Ciudad de Guatemala alberga a alrededor de 3,5 millones de personas, casi un cuarto de la población del país centroamericano.
EL 40% DE LOS HOMICIDIOS, EN LA CAPITAL
El 40 por ciento de los casi 6.000 homicidios que se cometen cada año en la nación del istmo tiene como escenario la capital.
"La situación es muy cómica: afuera, por los pasillos, todos van apretados, pero las tiendas están vacías", comenta un turista sueco que visita por primera vez "Galerías Miraflores", un centro comercial con 300 tiendas.
"Arkadia Shopping" es el último de los centros comerciales de gran magnitud inaugurado en Guatemala. Situado a pocos minutos del centro de la Ciudad de Guatemala, su construcción tardó 14 meses.
A menos de 20 kilómetros a la redonda, se encuentran "Paseo Cayalá"; "Oakland Mall", "Galerías Miraflores" y "Pradera Concepción", todos de gran magnitud y abiertos al público desde hace menos de una década.
"El proyecto "Arkadia Shopping" cuenta con inversiones relevantes de empresas internacionales", apunta Giovanna Marroquín, representante ante los medios del complejo. "En algunos casos, la inversión por cada tienda es de hasta 15 millones de dólares", agrega, en referencia a las 160 marcas guatemaltecas e internacionales con las que cuenta el centro comercial, además de doce salas de cine.
La capital guatemalteca tiene una tasa de mortalidad de 69 asesinatos por cada 100.000 habitantes, de acuerdo a la organización humanitaria Grupo de Apoyo Mutuo (GAM). Según organismos internacionales, el promedio del planeta es de seis homicidios por cada 100.000 ciudadanos.
Solo la zona 18, un sector al norte de la capital considerado el más violento de la ciudad, ha reportado 90 muertes violentas en 2014. Salir a pasear al perro o hacer ejercicio en condiciones abiertas representa un peligro en esta zona.
"Mis hijos y yo tuvimos que dejar la casa sin preguntar más cosas", recuerda Eliécer Vargas, un padre de familia que vivía en el sector con su esposa y tres hijos, hasta que fue extorsionado por pandilleros.
"Al otro día ya no estábamos ahí. Conseguimos dinero con amigos y familiares y nos fuimos. No queríamos arriesgarnos", relata Vargas.
SEGURIDAD PRIVADA Y EL CARRO SEGURO
Los restaurantes de comida rápida decidieron hace unos años no enviar a sus motoristas con entregas de comida rápida a la zona 18, ante el peligro de un sector de 40,26 kilómetros cuadrados en el que viven unas 500.000 personas, en base a registros del Ministerio de Gobernación (Interior).
Las pandillas y el narcotráfico se han apoderado de algunos de los 92 barrios de la zona, en un país donde la mitad de sus habitantes vive en condiciones de pobreza y con ausencia de oportunidades para desarrollarse, según expertos.
Los centros comerciales, sin embargo, cuentan con seguridad privada y muchos beneficios que los guatemaltecos valoran por encima de otras necesidades.
"El carro (coche) está seguro. Y aunque no es al aire libre, pues se puede caminar sin miedo a que pase algo", destaca Azucely Ramírez, una madre de 35 años que pasea con sus cuatro hijos por el centro comercial".
Solo hay una queja para la ama de casa: el pago del aparcamiento. "Entiendo que muchas veces no se venga a comprar, pero a veces sí. Por eso no se debería de cobrar", dice indignada, en referencia a un cobro automático que todos los centros comerciales han establecido por el aparcamiento, justamente, también en la última década.
El Ministerio Público guatemalteco recibe en promedio unas 1.000 denuncias diarias por todo tipo de delitos. La mayoría de ellas son por violencia contra la mujer (13%), seguido por amenazas (12%), robo (6%) y robo agravado (6%), según datos de la propia institución.
El 40% de las denuncias son en el mismo departamento de Guatemala.
El "boom" de los centros comerciales también tiene su origen en la niñez: uno de cada dos habitantes de Guatemala tiene menos de 18 años.
Y con el dominio de la pandilla "Mara Salvatrucha" en al menos diez zonas de la capital y la "Mara 18" en otras cinco, según fuentes policiacas, muchas familias con hijos ven más beneficios que problemas en pasear por horas en un centro comercial.
EL PROGRAMA "PASOS Y PEDALES"
"Está claro que Guatemala necesita espacios para recrearse y lugares libres de violencia", advierte el representante del Fondo de Naciones Unidas para la Niñez (Unicef) en Guatemala, Christian Skoog, en declaraciones a Efe.
"Y se nota en la capital", agrega el diplomático sueco, quien tomó el cargo en julio de 2012. "Viniendo de Europa, está clara la diferencia. Hay lugares privados para recrearse, pero por lo demás es muy poco", relata.
Consciente de la situación, la Municipalidad de Guatemala implementó en 2001 un programa denominado "Pasos y Pedales", con el objetivo de promover la recreación sana y sin peligros, además de los movimientos deportivos y culturales en la urbe.
El programa incluye cada domingo el cierre de algunas de las principales avenidas de la Ciudad de Guatemala para permitir la utilización de las vías por parte de peatones, deportistas y familias, "en un área segura para la libre locomoción", según la comuna, a cargo en la actualidad del alcalde y expresidente de Guatemala (1996-2000), Alvaro Arzú Irigoyen.
"Pasos y Pedales" fue un éxito y tras contar durante más de una década con miles de visitantes cada domingo, el ayuntamiento decidió replicar el programa en otros cuatro puntos de la Ciudad de Guatemala.
La falta de espacios para recrearse, sin embargo, es un problema exclusivo de la capital del país centroamericano. En el interior de la nación la situación es distinta: tres de cada cuatro personas que viven en el área rural lo hacen en condiciones de pobreza, según datos del estatal Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Banco Mundial.
En algunos de los 22 departamentos (provincias) de Guatemala, como Alta Verapaz por ejemplo, nueve de cada diez de sus habitantes viven bajo el umbral de la pobreza y tienen dificultades para obtener los US$3.768 anuales que representa el salario mínimo.
Las mismas condiciones se repiten en Sololá (84 %), Totonicapán (80 %) y Suchitepéquez (80,5 %), donde la realidad del país está muy alejada de inversiones en centros comerciales de US$50 millones como "Paseo Cayalá" o US$40 millones en el caso de "Arkadia Shopping".