En un texto, el grupo subversivo responde la invitación del presidente colombiano, describiendo las dificultades que observan en el actual proceso de diálogo de paz entre las FARC y el Gobierno. Según ellos, el mayor problema es que en la mesa principal de negociación “no hay representantes de la sociedad colombiana”.
Los Escollos de la Paz. Así tituló la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) el artículo en el que le responde al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, su invitación para que participen en los diálogos de paz. “Entendemos su llamado como respuesta a nuestras reiteradas solicitudes y exigencias, para iniciar ese camino”, dicen.
En el texto el grupo subversivo describe las dificultades que le ve al actual proceso de paz que empieza entre las FARC y el Gobierno. Según ellos el principal problema es que en la mesa principal de negociación “no hay representantes de la sociedad colombiana”.
“Nos referimos a los trabajadores, campesinos, estudiantes, académicos, maestros, intelectuales y el resto de fuerzas vivas de la sociedad. Solo con su inclusión, la paz será posible. Usted planteó que era indispensable corregir los errores cometidos en las experiencias anteriores de diálogos, ese fue uno de ellos”, señalaron.
Expresaron, además, “la urgencia de que las organizaciones populares y sociales organicen sus agendas con sus representantes”. Sostienen que en octubre “el movimiento popular y social se expresará en las calles”.
En segundo lugar, creen que “es contradictorio iniciar y mantener un diálogo en medio de la guerra (..) Estamos obligados presidente Santos a actuar con sensatez y escuchar los clamores de los colombianos y las colombianas que solicitan un cese al fuego bilateral, o una tregua bilateral, porque ellos están en medio del conflicto y son las víctimas”, dice la carta del ELN.
Por último, señalan que “un serio escollo para alcanzar la paz” está reflejado en un reciente comunicado de los militares retirados, que habría firmado el brigadier general Jaime Ruiz Barrera y habría dicho: “debe modificarse la agenda, e imponer un cese al fuego unilateral que prohíba expresamente el accionar terrorista indiscriminado contra la población civil, el uso de campos minados, el desalojo de tierras, el secuestro, la extorsión, la comisión de otros delitos atroces y la utilización del movimiento ‘Marcha Patriótica’ como brazo político de la organización terrorista. Este movimiento político deberá ser liquidado hasta tanto no se llegue a un acuerdo final de suspensión del conflicto armado”.
Estas palabras las califican como una amenaza que se asemeja a la situación que le dio paso al genocidio de la Unión Patriótica. Por eso piden que el Estado blinde el proceso.