La investigación financiada por Estados Unidos no trató a los participantes como seres humanos o incluso en forma equivalente a quienes participaron en estudios similares en Estados Unidos, indicaron investigadores de la comisión.
Washington. Investigadores del Gobierno de Estados Unidos deberían haber sabido que violaban estándares éticos al infectar deliberadamente con sífilis a prisioneros y a pacientes mentales en Guatemala para un experimento en la década de 1940, según una comisión presidencial.
La investigación financiada por Estados Unidos no trató a los participantes como seres humanos o incluso en forma equivalente a quienes participaron en estudios similares en Estados Unidos, indicaron investigadores de la comisión.
Estados Unidos pidió perdón formalmente el año pasado por el experimento, que estaba destinado a probar la penicilina, descubierta décadas más tarde por un profesor.
La comisión del presidente Barack Obama para el Estudio de Asuntos Bioéticos investigó el experimento de la sífilis y discutió los descubrimientos clave el lunes en Washington. El reporte final se publicará en diciembre.
"La gente que sabía, quería mantenerlo en secreto porque si se hacía más conocido, se transformaría en objeto de críticas públicas", dijo la líder de la comisión Amy Gutmann, presidenta de la Universidad de Pensilvania.
Las conclusiones tienen consecuencias para la diplomacia estadounidense e impactarán la discusión ética que rodea a los métodos con los cuales se prueban los nuevos fármacos en los pacientes, ya que los fabricantes realizan cada vez más análisis clínicos en el exterior.
Guatemala condenó la prueba e indicó que era un crimen contra la humanidad y el año pasado dijo que consideraría llevar el caso a una corte internacional. Las víctimas del estudio están demandando al Gobierno estadounidense.
Los investigadores de la comisión indicaron que el estudio de enfermedades de transmisión sexual como la sífilis era un objetivo científico importante en ese momento.
Sin embargo, indicaron que no encontraron excusas razonables para la forma en que se realizó el estudio en Guatemala, señalando que los investigadores engañaron a los participantes, no publicaron resultados, hicieron anotaciones pobres e implementaron experimentos en un orden ilógico.
"Fue mala ciencia. Sin considerar los asuntos éticos (...) desde un punto de vista puramente científico, encuentro este cuerpo de ciencia desprovisto de cualquier sentido", indicó un miembro de la comisión, el doctor Nelson Michael del Walter Reed Army Institute of Research.
Cerca de 700 personas fueron infectadas con sífilis en el estudio de Guatemala. Esto incluyó prisioneros expuestos a prostitutas infectadas y pacientes de un hospital psiquiátrico. Algunos sujetos tenían bacterias desparramadas en rasguños hechos en sus genitales, brazos o rostros.
Los pacientes recibieron penicilina con el fin de probar su capacidad de curar o prevenir la sífilis. La infección puede causar úlceras genitales y sarpullidos y, si no se trata, puede provocar daños en los órganos internos y causar parálisis, ceguera o muerte.