En Medellín se lleva a cabo el Foro Económico Mundial sobre América Latina.
Un bajo crecimiento económico, la caída de los precios de las materias primas y el incierto panorama económico mundial son el telón de fondo del Foro Económico Mundial sobre América Latina en Medellín. Más de 500 representantes de alto rango de la política y la economía internacional participan en elforo, entre ellos, empresarios, jefes de Estado y activistas de la sociedad civil.
En esa ciudad, Jeaneth Pérez Holguín, vestida con un chaleco rojo que la hace distinguirse entre la multitud, vigila que todo esté en orden en la Comuna 13. Responde con amabilidad a las preguntas de los turistas que lograron llegar hasta aquí, a 1.800 metros de altura. En Medellín las casas se apretujan contra las laderas de las montañas. La comuna 13 es una atracción, ya que muchos quieren ver de cerca el barrio que una vez fue un escenario del crimen. Janeth vivió esa época terrible, y le resulta difícil hablar de eso. Su tío y su hermano fueron asesinados allí.
“La Policía no se animaba a entrar aquí. Muchas veces había cadáveres por las guerras entre bandas de la droga, pero nadie los sacaba”. Luego cambia de tema: “Mire qué lindas escaleras mecánicas. ¡Y las flores! Ahora todo es distinto”, dice Jeaneth, de 36 años y madre de cuatro hijos.
Escaleras mecánicas para el cambio. De hecho, el cambio es fenomenal. Escaleras mecánicas llevan hoy hacia los barrios más altos, que antes eran villas miseria. Una red de metro impecable atraviesa la ciudad, y un teleférico transporta a la gente hasta las alturas. Allí habitan hoy personas que antes tenían que pasar penurias para poder llegar hasta Medellín. Actualmente, todos pueden utilizar el transporte para ir a la escuela o a su puesto de trabajo. Las inversiones en infraestructura convirtieron a esta ciudad en un lugar moderno en el que vale la pena vivir.
Innovación urbana. “La transformación de Medellín en las dos últimas décadas es un ejemplo impactante de innovación urbana exitosa en el siglo XXI”, dijo el Foro Económico Mundial de Ginebra (WEF, por sus siglas en inglés), representado en Medellín por el acalde de la ciudad, Federico Gutiérrez Zuluaga, quien participó en diversas conferencias durante el congreso. Gutiérrez Zuluaga, ingeniero y político de pura sangre, sigue impulsando el cambio en la ciudad desde que asumió su cargo en enero de 2016. Su programa incluye el fomento de la cultura y la educación, y también la ampliación de las infraestructuras.
Una fiesta en la Plaza Botero. Durante la inauguración del congreso del WEF, el alcalde de Medellín recibió a los participantes en el centro, en la Plaza Botero, que lleva el nombre del famoso pintor colombiano hijo de esta ciudad. Este donó veintitrés de sus voluminosas esculturas para un parque situado en el casco antiguo de Medellín.
“La elección de Medellín como sede del congreso del Foro Económico Mundial sobre América Latina fue audaz, pero totalmente acertada. No tienen que ser siempre las mismas ciudades”, dijo a DW Francesco Starace, presidente del grupo energético italiano Enel. Starace viajó desde Roma para discutir sobre las oportunidades que ofrece la región, que son “múltiples”, según él.
Medellín, un ejemplo para toda Colombia. “Todos dicen que si el país fuera como Medellín nos iría bien”, subraya Thomas Voigt, director de la Cámara de Comercio colombo-germana, en entrevista con Deutsche Welle. “Pero una ciudad sola no es suficiente para que haya un cambio verdadero. En los últimos diez años los colombianos vivieron bien. Se importó mucho, y se pudo importar gracias a los altos precios de las materias primas. Ahora, esos precios bajaron mucho, y la economía solo crece en un dos o un tres por ciento. Eso no está mal para América Latina, pero para Colombia es muy poco”, señala.
Se necesitan más inversiones. La realidad es que se invirtió demasiado poco hasta ahora. Todavía la infraestructura de muchas regiones es precaria. Y eso también se puede constatar en Medellín. El camino que conduce hasta el aeropuerto José María Córdoba sigue siendo una carretera de montaña de dos carriles llena de curvas, una vía de acceso normal para un aeropuerto provincial, pero que no es adecuada para una ciudad de dos millones de personas. Un problema hace tiempo conocido. A la izquierda y a la derecha de la ruta las excavadoras ya empezaron a picar en la roca, y se espera que la nueva autopista esté lista en 2018. Así, Medellín será aún más atractiva para turistas e inversores.