A diferencia del calendario occidental, que se rige por el sol y tiene una fecha precisa de inicio, el año chino comienza en el novilunio más cercano al día equidistante entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera.
La comunidad china residente en Argentina se prepara para recibir el año 4710 de su calendario lunar, que regirá el Dragón de Agua, un motivo de gran festejo ya que augura un ciclo de prosperidad.
El Año del Dragón, que se extenderá entre el 23 de enero y el 9 de febrero de 2013, es motivo de una celebración especial que por primera vez en la Ciudad de Buenos Aires durará dos días si es que la lluvia no interfiere, pues las actividades serán al aire libre en el Barrio Chino y en la Glorieta de Barrancas de Belgrano.
A diferencia del calendario occidental, que se rige por el sol y tiene una fecha precisa de inicio, el año chino comienza en el novilunio más cercano al día equidistante entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera.
Por eso el nuevo año es recibido también como Festival de la Primavera, estación relacionada con el ciclo de abundancia y prosperidad. Es la celebración más importante para los chinos y tiene un gran impacto en su economía, ya que por estas fechas aumentan las ventas y hay mayor demanda de artículos suntuosos en el gran país asiático.
Las casas se adornan con faroles de bambú, madera o metal revestidos en papel o seda; en las puertas se colocan "coplas de primavera" -mensajes con buenos augurios- y las familias preparan platos especiales para recibir el nuevo año, cuyo primer día dedican a rendir homenaje a sus antepasados y ancianos vivos.
Este fin de semana habrá en el barrio porteño de Belgrano más de cien puestos con comidas, prendas, adornos y otros productos, como los variados tipos de hongos secos cuyo exquisito aroma surge de "Casa China", el primer comercio asiático instalado en la calle Arribeños.
A pocos metros, hasta el 29 de enero se puede visitar una muestra de vestimenta étnica organizada por el Instituto Confucio de la Universidad de Buenos Aires, curada por Huan Chung.
Sedas y telas rústicas de brillantes colores se combinan en atuendos engalanados con bordados y pasamanería, acompañados por gorros y calzados típicos dai, mongoles, tibetanos, manchúes, jing (Birmania, India, Tailandia); bai, quiang, gaoshan (Taiwan), yi y otras de las 56 minorías étnicas reconocidas por el gobierno de la República Popular China.
La muestra se exhibe en la Galería de Arte Oriental (Arribeños 2288) en un bello edificio de 1925 que tiene en la planta alta una galería adornada con plantas y bonzais donde tradicionalmente se reúne la prensa que cubre la fiesta por el Año Nuevo Chino.
Por primera vez, este año la celebración sumará como escenario la Glorieta situada a cien metros de la estación Belgrano C del ferrocarril Mitre, donde habrá espectáculos orientales y también de tango.
La conducción estará a cargo de Carlos Lin, hijo de taiwaneses y nacido en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, cuyo nombre original es Lin Wen Chen, contó a Télam mientras acomodaba carpetas con autorizaciones para el festival y ajustaba detalles de la organización en el bar Buddha Ba, en la Galería de Arte Oriental.
Lin afirmó que "en este momento, el Barrio Chino es un símbolo de la integración iniciada hace 30 años entre las primeras familias de taiwaneses que vinieron a Argentina" e iban a comprar y a proyectar sus películas en una gran sala la zona, donde ahora funciona la entidad que nuclea a la comunidad de esa isla china.
"El sábado y el domingo a las 13 proyectaremos películas sobre la inmigración", indicó Lin.
En el barrio de Belgrano primero se instaló el centro cultural, luego un supermercado y después un restaurante, resumió Lin, quien comentó que a la inmigración taiwanesa siguió la de chinos continentales de Fujiang, provincia situada frente a la isla y una de las más prósperas del país.
De Fujiang, estimó, procede "cerca del 85%" de los chinos que integran esa comunidad en Argentina y tienen su sede en Moreno al 1700, junto a un gran restaurante y salón en el que se celebran fiestas de bodas, a la que los novios suelen llegar en limousinas blancas.
La magnitud que tendrá en esta ocasión la llegada del Año Nuevo se debe a que estará regido por el Dragón, único animal mitológico del calendario chino y un símbolo ligado a los emperadores.
Una de las versiones de la leyenda milenaria sobre Nu Kua, mitad mujer y mitad dragón, cuenta que finalmente la diosa se dividió y que su parte humana dio origen a la raza de los emperadores, relató Lin.
Este animal mitológico, señaló, "espanta con su danza a los malos espíritus", por lo que la Danza del Dragón es infaltable en las festividades chinas y una de sus principales atracciones.
La celebración, que auspician la Embajada china, el gobierno porteño y el Instituto Confucio, será el sábado de 15 a 22 y el domingo de 10 a 20 e incluye exhibiciones de arte marcial oriental, caligrafía china y origami -armado de figuras de papel mediante dobleces, el baile tradicional Mulan y la infaltable ceremonia del té.
También habrá shows de tango con orquesta y parejas formadas por argentinos y orientales; coros de jóvenes argentinos que interpretarán canciones en chino y artistas chinos que cantarán temas tradicionales y modernos; grupos de percusión japonesa (Taiko) y coreana, entre otros atractivos, que incluyen la consulta del horóscopo chino para saber qué depara la suerte.
La celebración culminará al anochecer del domingo cuando Argentina y Asia brinden en simultáneo por un próspero año y juntos en el escenario canten el tema oficial "La descendencia del Dragón".