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Crystal Meth: de la adrenalina a la paranoia
Miércoles, Agosto 20, 2014 - 17:12

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que 34,5 millones de personas consumen Crystal Meth o metanfetamina cristal en el mundo.

Naciones Unidas calcula que unos 34,5 millones de personas consumen Crystal Meth o metanfetamina cristal, una cifra que dobla los 17,2 millones de cocainómanos y es solo superada por los consumidores de cannabis.

La base de la metanfetamina está relacionada con el alcaloide efedrina y la adrenalina, la hormona natural. El hidrocloruro de metanfetamina es, en forma de cristales, muy soluble en agua o etanol.

Heino Stöver, director del Instituto de Investigación de Adicciones de la Escuela Superior de Ciencias Aplicadas de Fráncfort del Meno, describe la espiral de dependencia en la que caen los consumidores, a menudo, desde su primer intento:

“Los consumidores de Crystal Meth conocen, por lo general, los efectos destructores de la metanfetamina cristal. Pero debido a la rápida adicción que desarrollan se sienten obligados a volver a consumirla, una y otra vez, y les resulta muy difícil abandonar la fuerte adicción. Quienes la prueban caen entonces una espiral de dependencia en la que consumen Crystal Meth para superar la resaca que provoca su anterior consumo y volver a sentirse -no mejor-, sino ´normal´”.

Sin señales de cansancio o hambre. Los efectos de la metanfetamina cristal pueden durar hasta 6, 12 o más horas. Así, los adictos pueden quedarse despiertos durante varios días. Esto genera, empero, un creciente agotamiento físico, psicológico y cognitivo, que, a largo plazo, causa problemas cardiovasculares graves. La droga bloquea además las señales somáticas que advierten sobre el deterioro funcional progresivo. Dicho bloqueo les impide a los consumidores sentir o registrar fatiga, sueño o hambre.

El sociólogo Heino Stöver sobre el perfil de los consumidores y los motivos de su adicción: “Gracias a los efectos especiales, Crystal Meth es cada vez más apetecida por personas que buscan aumentar su capacidad de trabajo o rendimiento, como estudiantes y profesionales, sobre todo aquellos expuestos a altas tensiones. Existen los casos de trabajadores que tienen que alargar sus tiempos de trabajo y recurren por ello a Crystal Meth”.

Violencia y delirio de persecución. Pero una vez que pasa su efecto euforizante el organismo empieza a reaccionar a la falta de la sustancia y el consumidor entra en un estado de agitación, a veces, su conducta es violenta y se pierde en un delirio de persecución. Estas manifestaciones psiquiátricas de toxicidad se producen, por lo general, en los casos de sobredosis y adicción crónica.

“Los consumidores son muy jóvenes y existe el problema de que los asistentes en los centros de atención son mayores y sin mucha experiencia ni conocimientos sobre esta nueva ola de consumo de Crystal Meth. Es importante que se disponga de personal médico y paramédico en el que los afectados puedan confiar para abandonar su adicción, cosa que es posible”.

Sustancias abrasivas para lavado de pisos. El producto vendido en las calles de los países de habla hispana se conoce por muchos nombres como "anfetas", "meta" y "tiza", o bien meth y crank, en inglés. El clorhidrato de metanfetamina se compone de pedazos de cristales transparentes parecidos al hielo, que se pueden inhalar fumándolos. En esta forma se conoce como "hielo", "cristal" y "vidrio" en español o ice y glass, en inglés.

Un grave problema de intoxicación del organismo se suma a la dependencia de Crystal Meth: su fabricación en laboratorios ilegales se hace, a menudo, con la adición de sales de baño, fertilizantes y sustancias abrasivas, en realidad, destinadas al lavado de pisos.

Autores

Deutsche Welle