La decisión implica vetar cualquier trato con empresas constructoras, de ingeniería, planificación y de TI que estén involucradas en la construcción del muro que separaría EE.UU. de México.
EE.UU. Los municipios de Berkeley y Oakland, en el estado de California, aprobaron esta semana boicotear todas las empresas y entidades financieras que participen en la construcción del muro anunciado por la administración Trump. En tanto que la ciudad de San Francisco también ha anunciado la posibilidad de unirse a la protesta.
En el caso de las dos primeras ciudades, la decisión implica vetar cualquier trato con empresas constructoras, de ingeniería, planificación y de TI que estén involucradas en la construcción del muro que separaría EE.UU. de México, medida que también incluye a sus filiales o subsidiarias.
El concejal de Oakland, Abel Guillén, quien patrocinó la norma, explica "un gobierno debería reflejar los valores y metas de la comunidad a la que sirve. Nosotros somos históricamente una comunidad diversa, con muchos residentes importantes que son inmigrantes y refugiados de todas partes del mundo".
De acuerdo al periódico online Global Trade Review, la decisión de estas ciudades coincide con el llamado que hará el Departamento de Seguridad Nacional para recibir propuestas para el diseño y construcción del muro, las que cierran el 3 de mayo.
La medida refleja una creciente tendencia de activismo político local para hacer frente a empresas privadas cuyas prácticas desaprueban.
Pero algunos voceros del sector de la construcción creen que esto sentará un peligroso precedente.
Brian Turmail, director ejecutivo senior de la Asociación General de Constructores de America (AGCA), considera "muy desilusionante que políticos locales propongan medidas que signifiquen la exclusión de trabajadores y compatriotas, solo porque están haciendo un trabajo honesto para el gobierno. Después de todo, las obras públicas que son financiadas por la administración federal son las que proveen los empleos de salario mínimo por los que muchos de estos mismos políticos abogan", expresó, añadiendo que la medida abriría una peligrosa "caja de Pandora de la pureza".
"¿Qué va a pasar cuando otras ciudades empiecen a vetar a las empresas constructoras que hacen baños para personas transgénero o levantan albergues gubernamentales para acomodar a inmigrantes? Cuando empezamos a cuestionar el valor de realizar trabajo para el gobierno, entramos en un terreno peliagudo", concluyó el vocero.
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