Expertos determinaron que se modificó el litoral de Santiago de Cuba tras el paso de la tormenta que tocó tierra por la zona de Mar Verde, área de playa que quedó convertida en un terreno completamente rocoso.
El devastador paso del huracán "Sandy", que hace dos semanas dejó once muertos en el este de Cuba, modificó la geomorfología del litoral de Santiago de Cuba, la segunda ciudad en importancia de la isla.
Expertos del Centro Cubano de Estudios Multidisciplinarios de Zonas Costeras determinaron que se modificó el litoral santiaguero tras el paso del meteoro que tocó tierra por la zona de Mar Verde, área de playa que quedó convertida en un terreno completamente rocoso.
"Sandy" también provocó el surgimiento de playas naturales ubicadas en las locaciones La Socapa y Aserradero, a la entrada de la bahía de Santiago de Cuba.
Luego de varias exploraciones por la zona, los expertos detectaron que las aguas marinas penetraron de 10 a 15 metros en tierra, y en algunos casos hasta 50.
La investigadora Selene Milanés dijo a periodistas que las penetraciones superaron las proyecciones de los estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgos para un organismo tropical categoría cinco en la escala Saffir Simpson, realizados en esa región en 2011.
La especialista agregó que trabajan en investigaciones relacionadas con la delimitación, ordenamiento territorial y manejo integrado de la zona costera, además de la percepción social sobre los daños y los destrozos ocasionados a los parches de mangles.
En septiembre pasado, una investigación científica determinó que unas 400 playas cubanas están amenazas por la erosión, que hace retroceder la línea costera en un estimado de 1,2 metros al año.
Un equipo científico multidisciplinario realizó un estudio sobre los peligros y la vulnerabilidad costera para los años 2050 y 2100, que identificó esa situación en 413 playas cubanas, incluida la hermosa franja costera del balneario de Varadero, el más famoso de la isla.
La erosión se reporta en alrededor de 84% de las playas del archipiélago cubano, que tiene unos 4.000 kilómetros de costas.
El jefe del Departamento de Procesos Costeros del Instituto de Oceanología, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), José Luis Juanes, explicó que en muchos casos la principal causa de ese proceso son acciones humanas inadecuadas.
No obstante, esa situación puede ser provocada también por el impacto de las olas generadas por eventos meteorológicos extremos.
En ese sentido, apuntó que los estudios realizados permitieron comprobar cómo, durante el paso de huracanes de gran intensidad, la inundación costera empieza a sobrepasar las dunas en diferentes puntos de la isla.
Ese proceso ocasiona el traspaso de la arena hacia las lagunas interiores, lo cual provoca transformaciones estructurales apreciables en el perfil de la costa, señaló.
Para proteger las playas se aplica un programa que incluye el suministro artificial de arena, algo que se ha hecho de manera sistemática en Varadero, donde se han depositado desde 1987 casi 2,9 millones de metros cúbicos en diversos tramos a lo largo de sus 20 kilómetros de litoral.
Hace dos años, el viceministro primero del CITMA, Fernando González, dijo que la isla caribeña es vulnerable al cambio climático por su condición insular y tropical, lo cual obliga a diseñar estrategias para disminuir esa fragilidad.
Al intervenir en el VIII Congreso Internacional de Desastres, que se realizó en La Habana, el experto indicó que las transformaciones climáticas mundiales agravarán los problemas ambientales cubanos y serán factor determinante de riesgos de desastres.
Explicó que el incremento anual de 2,14 milímetros del nivel medio del mar y la elevación de la temperatura en 0,6 grados Celsius desde 1951 han convertido al clima de la isla en más cálido y extremo, con una expansión del verano y una reducción del invierno.
Según el científico, la principal amenaza para la isla es el ascenso del nivel medio del mar, que si bien por su grado paulatino en cuanto a pérdida de terreno y salinización de los acuíferos pudiera no llamar la atención en lo inmediato, en la práctica implica un deterioro silencioso del patrimonio natural, productivo o construido.
González precisó que la actual estrategia ambiental nacional identifica como principales problemas la degradación de los suelos, las afectaciones a la cobertura forestal, la contaminación, la pérdida de la diversidad biológica y la carencia de agua.
En ese sentido, indicó que Cuba elaboró metodologías para la identificación de peligro, cálculo de las vulnerabilidades y riesgo ante fenómenos naturales por intensas lluvias, penetraciones del mar, fuertes vientos, sequía, deslizamiento de tierra, sismos e incendios forestales.
Como parte del Macroproyecto sobre Peligros y Vulnerabilidad Costera, en el cual participan especialistas de doce instituciones cubanas, se terminó en 2009 la segunda versión del mapa Informe de alerta temprana ante los impactos del cambio climático, con especial atención al ascenso del nivel del mar para los años 2050-2100.