La elección trasciende fronteras nacionales y tendrá efectos decisivos en el futuro de la Unión Europea y del viejo continente.

Francia. Después de una larga y caótica campaña, 47 millones de votantes franceses acuden este domingo a las urnas para la primera ronda de una histórica elección presidencial.

La elección trasciende fronteras nacionales y tendrá efectos decisivos en el futuro de la Unión Europea (UE) y del viejo continente.

Luego de una serie de inesperados eventos en el escenario mundial, incluyendo el Brexit y la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, la atención mundial ahora se centra en Francia y en la forma en la que responderá al auge del populismo, el proteccionismo y los sentimientos contra la globalización.

El entorno de incertidumbre perdurará hasta el último momento de la votación del domingo, a diferencia de 2012, cuando el duelo por la segunda ronda ya era pronosticado con claridad conforme a los favoritos en las encuestas.

De los 11 candidatos que compiten por la presidencia este año, cuatro son los favoritos en las elecciones: el ex ministro de Economía de centro Emmanuel Macron; la candidata de ultraderecha Marine Le Pen; el conservador Francois Fillon; y el candidato de extrema izquierda Jean-Luc Melenchon.

La mayoría de las encuestas indican que lo más probable es que Macron y Le Pen se enfrenten en la segunda vuelta del 7 de mayo, pero nadie puede pronosticar en realidad las intenciones de voto con un margen tan cerrado.

Aunque las elecciones holandesas de marzo dieron un poco de alivio a las élites políticas en Europa cuando el partido conservador derrotó al candidato populista Geert Wilders, la situación en Francia es más complicada. Algunos observadores políticos incluso consideran a la elección como "un referendo de la UE".

De los 11 candidatos, ocho han expresado su euroescepticismo, siendo Le Pen la más destacada.

Le Pen prometió un "Frexit" en caso de ser elegida y prometió "recuperar la soberanía monetaria, económica, legislativa y territorial" de Francia, restablecer las fronteras nacionales y abandonar la zona Schengen de libre circulación.

Por otra parte, Melenchon, quien ha registrado un enorme repunte en las encuestas de forma reciente, ha sido muy crítico de la UE y pide más reformas, incluyendo la renegociación de los tratados europeos.

Sólo Macron parece ser realmente proeuropeo y promete reactivar el dúo franco-alemán para "reforzar la unión monetaria", por lo que es el candidato favorito de Berlín y Bruselas.

El candidato de derecha Francois Fillon promete una "Europa de las naciones". Fillon desea "acabar con las permanentes ampliaciones de la UE", "negociar una agenda europea para una armonización fiscal" y ha hecho de la reducción del déficit público su campo de batalla.

El débil contexto económico, la tasa de desempleo de cerca de 10 por ciento, el poco crecimiento y las constantes amenazas a la seguridad están cristalizando los resentimientos contra la UE, considerada a menudo como la culpable de la situación.