Analistas extranjeros consideran que el istmo reúne las condiciones óptimas para convertirse en una narcorregión: una región en la que por su pobreza y niveles de corrupción, pueden operar con impunidad, principalmente en Guatemala y Honduras.
Los traficantes de estupefacientes al ser perseguidos por la ley buscan países donde por su pobreza y por sus enormes niveles de corrupción pueden operar con impunidad, y básicamente en la región son Guatemala y Honduras.
Estas organizaciones delictivas amenazan la institucionalidad, pues para perpetuar sus actividades han infiltrado y corrompido las instituciones operadoras de justicia, incluso financian campañas electorales como un medio para gozar de libertades que les permitan actuar con la mínima interferencia de las autoridades, y así obtener el máximo provecho de los mercados.
Narcopolítica. Sobre la infiltración del narcotráfico en la política, Pineda Alvarado aseguró que "en los últimos estudios efectuados la mayor parte de los candidatos presidenciales electos en los últimos diez años han sido objeto de cuestionamientos por haber recibido con conocimiento o sin él, dinero proveniente de la narcoactividad y de la corrupción".
Continuó, "antes las campañas políticas eran financiadas por el empresariado, hoy un amplio porcentaje es financiado por los carteles de la droga. El fenómeno de la contaminación y el surgimiento de la narcopolítica es un hecho tan notorio que no se puede negar".
Para el caso, Guatemala ya está categorizado por los organismos especiales internacionales como narcoestado, Honduras está en un acelerado proceso para convertirse en uno más por el enorme poder que están acumulando los grupos que se dedican al tráfico de drogas, que en alguna medida son tentáculos de un gobierno transnacional que tiene su origen en los carteles de la droga de México y Colombia.
En el caso de El Salvador, la problemática es diferente, ahí la violencia tiene que ver con el exilio económico, con la gran cantidad de emigrantes que se dedican a actividades delictivas en Estados Unidos y que tienen sus raíces u organizaciones criminales en El Salvador.
En El Salvador es el pandillerismo pernicioso que causa violencia, no es lo mismo que en Guatemala y Honduras, donde existen territorios donde la narcoactividad es la que ejerce la autoridad y hace una especie de gobierno paralelo.
"Si usted hace un análisis histórico de cómo se ha desenvuelto la violencia en nuestro país va a coincidir en que ha aumentado en la misma proporción en que se ha desarrollado la narcoactividad", añadió.
Sobre el impacto económico en la región, Pineda Alvarado considera que generalmente las actividades lícitas, de economía formal, colapsan frente a las falsa economía que genera la narcoactividad.
El dinero del tráfico de la droga no se queda en Honduras. Ese dinero va al propietario de la droga que generalmente está en algún país suramericano. En esta actividad solo se ocupan instituciones y personas para lavar y sacar el dinero. El lavado está creando una competencia desleal del que pone un negocio para lavar contra el que pone un negocio para trabajar, reflexionó.
Trasiego. La Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) consideró recientemente que Centroamérica es una región muy vulnerable para el crimen organizado debido a factores que van desde la falta de desarrollo y el flujo de armas hasta el alto porcentaje de jóvenes en su población.
Asimismo, otros informes sobre el tráfico de estupefacientes resaltan la debilidad de los estados y la fragmentación de la sociedad como los principales factores que afectan su capacidad para hacer frente a los pandilleros y organizaciones dedicadas al transporte y comercio de droga.
Algunos estudios resaltan que en el 2007, por Centroamérica solo pasaba el 1% de la cocaína suramericana rumbo a Estados Unidos; sin embargo, en la actualidad transita entre el 60% y el 90%. Las autoridades estadounidenses estiman que 250 toneladas del estupefaciente llegan cada año a ese país luego de atravesar Centroamérica.
Avance. Un informe del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP) consideró el año pasado que la falta de inversión y desarrollo favoreció el establecimiento del crimen organizado en las fronteras de Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
El estudio de esta entidad, con sede en Nicaragua, estableció que el crimen organizado aprovecha las vulnerabilidades que hay en la zona y se presenta ofreciendo opciones económicas, para que las personas contribuyan con la logística y operatividad que implica pasar la droga de Suramérica hacia Estados Unidos.
Durante el proceso de investigación, que llevó más de un año, en los tres países se dieron situaciones muy similares, la negativa de las autoridades a reconocer la existencia del problema y una vez reconocido aducir falta de recursos para poder combatirlo.
Asimismo, la junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, siempre de las Naciones Unidas, expresó en el 2010 que la falta de capacidad de los estados y su desventaja frente al poder económico del narcotráfico habilitan el aumento de la violencia y la corrupción.
"Utilizando sistemáticamente la violencia y la corrupción, intimidando y extorsionando a funcionarios públicos, los grupos delictivos acaudalados y poderosos han podido debilitar los sistemas policiales y judiciales".
A pesar del considerable empeño que han puesto los gobiernos de la región, el problema de la droga que afrontan América Central y el Caribe se ha visto exacerbado por la corrupción endémica, la pobreza generalizada y las elevadas tasas de desempleo.
"Se calcula que el valor en la calle de todas las drogas que pasan en tránsito solo por el Caribe supera el valor de la economía legítima.
De acuerdo con Pineda Alvarado, el problema urge de medidas a nivel regional. La lucha solo puede orbitar alrededor de un liderazgo fuerte como el de los presidentes.
"Si los presidentes no se involucran directamente siguiendo el ejemplo del presidente (Felipe) Calderón, de México, la lucha contra el narcotráfico va a ser una lucha fallida. Segundo, hay que pedir colaboración de organismos internacionales. Está probado que los organismos nacionales por temor no se quieren involucrar.
Además, hay que generar conciencia en la ciudadanía de que la narcoactividad, la narcopolítica, la narcomúsica, esa subcultura del narco -que cada vez se vuelve más popular en las sociedades- tiene que ser repudiada.
La situación del narcotráfico en Centroamérica se vuelve extremadamente grave en la medida que se genera una ofensiva contra los carteles de la droga en México, sostuvo Raúl Pineda Alvarado, exdiputado del Parlamento Centroamericano.