Según un oficial del ejército colombiano, la guerrilla dio la orden de asesinar a 40 rebeldes que estaban a cargo de los cuatro efectivos rescatados por las FF.AA.
Bogotá. Un jefe guerrillero colombiano sentenció a muerte a los 40 rebeldes que vigilaban a los cuatro efectivos de las Fuerzas Armadas, incluido el oficial de más alto rango secuestrado por las FARC, que fueron rescatados por el Ejército, dijo este miércoles un alto oficial.
El rescate del general Luis Mendieta, de los coroneles Enrique Murillo y William Donato, así como del sargento Arbey Delgado, se produjo este domingo en una zona rural del municipio de Calamar, en el selvático departamento del Guaviare.
Los cuatro llevaban casi 12 años secuestrados por las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que aún mantienen en su poder a 18 efectivos del Ejército y de la Policía y que buscan canjear con el Gobierno por cientos de rebeldes presos.
"Es cierto, se refieren a ellos en términos supremamente vulgares, soeces y dan la orden de asesinarlos", dijo el comandante del Ejército, general Oscar González, en una conferencia de prensa.
De acuerdo con fuentes militares, el oficial hizo la afirmación con base en una comunicación radial interceptada a la guerrilla por los servicios de inteligencia.
Las mismas fuentes aseguraron que la orden fue impartida por el jefe militar de las FARC, Jorge Briceño, alias "El Mono Jojoy".
La "Operación Camaleón", un golpe militar y político para las FARC por parte del gobierno del presidente Álvaro Uribe, es la más exitosa desde la realizada en julio de 2008, cuando fueron rescatados la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y 11 militares secuestrados.
González dijo que el Gobierno analiza la posibilidad de pagar una recompensa de US$1,3 millones a varias personas que aportaron información que permitió ubicar el campamento rebelde en medio de la selva y rescatar a los rehenes.
El propio presidente Uribe invitó a los guerrilleros que vigilaban a los cuatro efectivos rescatados a que se desmovilicen y colaboren con la liberación de otros secuestrados a cambio de recompensas y libertad.
Los aproximadamente 40 guerrilleros que vigilaban a los efectivos rescatados huyeron por la selva en medio de los disparos y las explosiones de granadas que lanzaron los militares que participaron en el rescate.
Uribe, quien asumió el poder en 2002, mantiene una ofensiva militar contra la guerrilla a la que obligó a replegarse a apartadas zonas montañosas y selváticas.
La ofensiva, apoyada por Estados Unidos, ha permitido reducir los asesinatos, las masacres, los secuestros, los asaltos a pueblos y los ataques contra la infraestructura económica del país, al tiempo que facilitó el aumento de la inversión extranjera y un buen desempeño de la economía.