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Guardianes del Amazonas enfrentan la tala ilegal en la selva
Viernes, Septiembre 20, 2019 - 14:23

Madereros y ganaderos han despejado tierras hasta Guajajara y cruzan la frontera cada vez con mayor frecuencia. Pero desde 2012, con la formación de los guardianes, estiman que las incursiones ilegales han bajado a la mitad.

Territorio indígena Araribóia.  Cerca de la medianoche, seis hombres de la tribu Guajajara escuchan el ruido de camiones pesados a unos 30 kilómetros de su territorio en el Amazonas, que sospechan son una caravana de madereros ilegales.

La policía no irá, pero ellos tienen un plan. Los "guardianes de la selva" corren a una intersección del camino y esperan, armados con rifles y pistolas, para emboscar y detener a los madereros y entregarlos en la estación de policía más cercana, a cientos de kilómetros.

Los hombres cuentan que forman parte de una agrupación de cerca de 180 guardianes que patrullan sus tierras contra los madereros en misiones nocturnas.

Durante el día, la mayoría de ellos subsiste cultivando yuca, arroz y otros alimentos en la reserva indígena de Araribóia, un tramo de selva de 4.100 kilómetros cuadrados en Maranhão, en el noreste de Brasil.

Madereros y ganaderos han despejado tierras hasta Guajajara y cruzan la frontera cada vez con mayor frecuencia. Pero desde 2012, con la formación de los guardianes, estiman que las incursiones ilegales han bajado a la mitad.

 

"Estoy orgulloso de los guerreros que continúan la lucha, porque el territorio indígena de Araribóia se consideraba perdido", dice Laercio Guajajara, uno de los coordinadores. "Le estamos mostrando al mundo, al país, que nuestra tierra no está perdida, que tiene dueño".

En 2019, en la Amazonía brasileña se ha talado un área de más de 6.200 kilómetros cuadrados, más grande que el estado estadounidense de Delaware y casi el doble que en el mismo período de 2018, según datos preliminares. Los incendios aumentaron alrededor de un 50% este año, según datos del gobierno.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha dicho que las reservas indígenas eran demasiado extensas para su población. Instó a una mayor actividad minera y de agricultura industrial en esos territorios, y quitó atribuciones al Instituto Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA), dijeron trabajadores de la agencia.

Los guardianes de Guajajara dicen que eso cimentó la convicción de que el destino de la tierra está en sus manos.

"Quienes deberían hacer cumplir las leyes y proteger las tierras indígenas no lo están haciendo", acusa Olimpio Guajajara, líder de los guardianes. "Tengo la misión de proteger la tierra".

 

En agosto, un portavoz de IBAMA dijo a Reuters que los gobiernos anteriores tenían la culpa de los retos que sufre la agencia. Por su parte, el Ministerio del Medio Ambiente ha declarado que toma seriamente su rol en la protección de la selva, comprometiéndose a detener la actividad criminal.

Las autoridades locales reconocen el trabajo de los guardianes en señalar actividades ilegales y presentar pruebas. Sin embargo, los funcionarios advierten que los vigilantes no son la mejor manera para abordar el problema.

Algunos han sido asesinados por los madereros, dijo el grupo a Reuters. Los guardianes no reciben sueldo por su peligrosa y ardua labor, y gastan parte de sus escasos ingresos en municiones, gasolina y mantenimiento de vehículos.

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Reuters