La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico realizó el operativo de la fuerza antidroga el sábado. Tras procesar los datos, se hizo el operativo ‘puente aéreo’, en el que se secuestró cuatro avionetas que traían un cargamento de 380 kilogramos de pasta base de cocaína y seis de clorhidrato de cocaína.
Bolivia. La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) logró capturar cuatro avionetas provenientes del Perú, que aterrizaron en una pista clandestina en el norte paceño. Una de las naves llevaba 386 kilos de droga y otra, combustible para ser usado en el transporte de droga.
El operativo de la fuerza antidroga ocurrió el sábado y sus resultados fueron dados a conocer en la ciudad de El Alto por el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, junto al director nacional de la FELCN, coronel Mario Centellas.
“Se realizó un impresionante operativo antinarcóticos en la provincia Abel Iturralde (departamento de La Paz), luego de que Inteligencia obtuviera información de tráfico aéreo entre Perú y Bolivia. Tras procesar los datos, se hizo el operativo ‘puente aéreo’, en el que se secuestró cuatro avionetas que traían un cargamento de 380 kilogramos de pasta base de cocaína y seis de clorhidrato de cocaína”, informó Cáceres en conferencia de prensa.
Explicó que las aeronaves aterrizaron en una pista clandestina en la región; provenían de la Amazonía peruana, específicamente del Valle de los Ríos, Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem). Fueron aprehendidas 12 personas, una de ellas de nacionalidad peruana. También se encontraron al menos 4.000 litros de combustible y víveres; el lugar era un centro de reabastecimiento para los narcovuelos.
Ilícito. El operativo fue un “duro golpe” al narcotráfico, remarcó Cáceres. Centellas detalló que éste empezó a primera hora del sábado, cuando los uniformados descubrieron la pista clandestina en la región conocida como La Tierra, en la provincia Iturralde. Allí aterrizó una avioneta piloteada por un ciudadano peruano acompañado de uno boliviano. A bordo estaba la droga.
Luego de 30 minutos llegó una segunda avioneta, en la cual se encontró combustible y víveres. La gasolina iba a ser utilizada para reabastecer a las aeronaves que se dedican al tráfico de droga. Media hora después aterrizó la tercera nave aérea con más combustible.
En el caso de la cuarta avioneta, el piloto y sus ocupantes se dieron cuenta de la presencia policial, narró Centellas, por lo que aterrizaron fuera de la pista, hacia los árboles, ocasión que aprovecharon para escapar de los uniformados. En esta nave también había combustible.
En 24 de noviembre de 2013, Informe de La Razón reveló el incremento del “puente aéreo” por el cual se transportaba droga peruana hacia Bolivia. Autoridades del Gobierno alertaron la ocurrencia de entre tres y cuatro “narcovuelos” diarios. Las mafias binacionales llevaban pasta base y clorhidrato de cocaína del Vraem, Alto Huallaga y Puno, hasta pistas de aterrizaje ilegales en los departamentos de La Paz, Beni, Pando y Santa Cruz.
A raíz de este tipo de información, Cáceres reveló que ya se tenía conocimiento de las operaciones ilícitas en la provincia Abel Iturralde, por lo que se hizo un trabajo de varios meses entre la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar) del occidente del país e Inteligencia de la FELCN.
“Fue trabajo de muchos meses, durmiendo en la selva y otros; esta incautación es importante porque la droga provenía de la zona peruana (Vraem) del Perú; luego la sustancia se iba al Brasil y a Paraguay”, detalló.
El 12 de noviembre de 2013, la prensa peruana informó que a la zona del Vraem ingresan por día entre seis y ocho avionetas de bandera boliviana para recoger y transportar hasta cuatro toneladas de droga cada 24 horas. Pobladores de la región son contratados para habilitar y rehabilitar las “narcopistas”, informaron oficiales del Comando Especial del Vraem.
Narcos optan por vías aéreas. Operativo. En noviembre, el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, denunció que los narcotraficantes optaron por vías aéreas y acuáticas para sacar droga del país. También admitió que la vigilancia por aire todavía no es del todo efectiva en las fronteras.