Una caldera de aire caliente del desierto del Sahara avanzaba por el continente europeo, atraída hacia el norte por la alta presión. En París nunca se había medido una temperatura más alta y Reino Unido sufría el día de julio más cálido de su historia.
París. Las elevadas temperaturas batieron este jueves récords en Francia, Reino Unido y Holanda, que están bajo una ola de calor que sofoca a Europa por segunda vez en un mes, lo que según científicos se está volviendo más frecuente en la medida en que el planeta se calienta.
Una caldera de aire caliente del desierto del Sahara avanzaba por el continente europeo, atraída hacia el norte por la alta presión. En París nunca se había medido una temperatura más alta y Reino Unido sufría el día de julio más cálido de su historia.
Las condiciones inusuales redujeron la producción de energía nuclear en Francia y Alemania, interrumpieron recorridos de tren en partes de Reino Unido y enviaron a algunos europeos no acostumbrados a usar aire acondicionado en sus hogares a comprar ventiladores.
Las autoridades sanitarias emitieron advertencias a los ancianos, especialmente vulnerables a los picos de temperatura.
"Hace mucho calor. Vi que se esperan 42 grados (centígrados) para hoy", dijo la turista francesa Ombeline Massot, de 19 años, en el distrito de Montmartre en la capital, donde los visitantes bebían botellas de agua fría y se ventilaban.
Poco después, el mercurio tocó los 40,6 grados Celsius en la capital francesa, por encima del récord anterior de 40,4 C registrado de julio de 1947.
En Reino Unido, los 36,9 grados en Londres batieron un récord para julio, dijo el Servicio Meteorológico Nacional británico.
En el sur de Holanda, la temperatura superó los 40 grados por primera vez en la historia, según el Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos y rompió el récord nacional de 39,3 grados centígrados del día anterior. La marca nacional anterior de 38,6 grados se había mantenido durante 75 años.
Por su parte los británicos se enfrentaban a la interrupción de sus viajes, ya que los trenes se veían obligados a reducir la velocidad para evitar que las vías se deformaran por el calor. Varios operadores de trenes pidieron a los usuarios que no viajaran o que partieran muy temprano.
Un estudio del Servicio Meteorológico Nacional británico encontró que una ola de calor como la que batió el récord del año pasado tenía 30 veces más probabilidades de ocurrir que en 1750 debido a la alta cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera. Desde el período preindustrial, la temperatura de la superficie de la Tierra ha aumentado en 1 grado Celsius.
Los especialistas en clima dijeron que tales olas de calor son cada vez más frecuentes como resultado del calentamiento global por las emisiones de gases de efecto invernadero. Se espera que el calor persista hasta el viernes.