El hallazgo en Colombia del galeón español con un tesoro multimillonario ha despertado deseos. Si bien serán las leyes las que decidan a quién le toca cuál parte, España y una firma cazatesoros ya reclaman “su parte”
El hallazgo en aguas del Caribe colombiano del galeón español San José, repleto de oro, plata y esmeraldas por un valor calculado en unos US$17 mil millones, demuestra que no todos los tesoros perdidos son leyenda. Pero si la búsqueda de un tesoro puede ser engorrosa, la definición de la propiedad puede convertir un sueño en pesadilla.
Tras el hallazgo de un tesoro son, a menudo, varios los derechos en juego: los de jurisdicción territorial, de propiedad, de patrimonio cultural y/o nacional, de autoría del hallazgo y de registro oficial.
En estos casos, y desde el punto de vista de la Unesco, son cuatro los puntos a tener en cuenta: la conservación de la herencia arqueológica subacuática, del lugar del hallazgo, así como permitir el acceso a la información a científicos y vedar la explotación comercial.
Museo para el tesoro del San José. A juzgar por las palabras del presidente de Colombia, la conservación tanto del lugar como de la valiosa carga está asegurada, ya que, según la ley colombiana de Protección de Patrimonio Sumergido, de 2013, el contenido del barco pertenece al “patrimonio nacional”, para el que incluso se tiene previsto construir un museo en Cartagena de Indias. “Este patrimonio es de todos los colombianos”, dijo Juan Manuel Santos durante la presentación del hallazgo, el fin de semana en Cartagena.
Volviendo a algunas preguntas surgidas sobre la propiedad del hallazgo, está asegurado que el galeón español, con carga de las antiguas colonias en las Américas, fue encontrado justo en territorio del Caribe colombiano que forma parte del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo. De este modo, no hay ninguna duda en cuanto a la jurisdicción del hallazgo. La región además es parte del área protegida “Seaflower Marine”, reconocida por la misma Unesco.
La pregunta de los miles de millones. El clavo, y la clave, está en la pregunta que se hacen algunos, sobre todo fuera de Colombia: ¿A quién más, fuera de Colombia, le podría pertenecer el tesoro, o por lo menos parte de él?
Madrid ha sido el primero en salir a reclamarlo. “España no renunciará al galeón porque es un barco de Estado”, dijo el ministro español de Relaciones Exteriores, José Manuel García Margallo a El País de España, defendiendo el convenio de la Unesco, que así lo estipula.
García Margallo se refiere a la Convención sobre la Protección del Patrimonio Subacuático de la Unesco, firmada en París el 2 de noviembre de 2001, pero de la que Colombia no es Estado miembro. Bajo “patrimonio cultural subacuático” se entiende “todos los rastros de existencia humana que tengan carácter cultural, histórico o arqueológico, que hayan estado bajo el agua por lo menos durante 100 años, tales como: buques, aeronaves, otros medios de transporte o cualquier parte de ellos, su cargamento u otro contenido, junto con su contexto arqueológico y natural”. Aunque la cita de García Margallo parece ser correcta, no tiene ningún efecto, si Colombia no ha adherido a dicha Convención. Sea como sea, los Gobiernos de Colombia y España dicen querer resolver el caso San José por la vía diplomática.
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“Los cañones de bronce y los delfines tallados en madera confirmaron que se trataba del galeón San José”, dijo en Cartagena Ernesto Montenegro, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), que dirigió la exploración, con la ayuda de científicos de la Fuerza Naval Colombiana, y el equipo técnico de una empresa privada, aún anónima y a la que Colombia le pagará sus servicios.
¿Reclamo por coordenadas de otro navío? Un problema mayor que el que pueda enfrentarse con el actual gobierno de España, acosado actualmente por la campaña electoral, es el de la difusa reclamación de la firma norteamericana Sea Search Armada (SSA), “cuyos accionistas son poderosos empresarios y políticos estadounidenses”, según la revista Semana. Aunque la SSA nunca participó en las exploraciones, reclama parte del tesoro con el argumento de haber ubicado antes el galeón.
En 2011, la Corte del Distrito de Columbia falló empero, en primera instancia, a favor de Colombia y rechazó todas las pretensiones de SSA; y el 8 de abril de 2013 Colombia ganó la batalla definitiva cuando la corte de apelaciones de Washington D. C. le dio la razón. Algunos opinan incluso, que las coordenadas entregadas por SSA no corresponden a las del San José.