Los ecuatorianos de segunda generación en España ya van a la escuela

Lunes, Septiembre 12, 2011 - 16:02

Según datos del ministerio de Educación de España, este lunes arrancó el año lectivo 2011-2012 con 7.928.727 alumnos, 2,1% más que en el curso anterior. Las cifras señalan que 770.384 de los estudiantes son extranjeros, 36,4% de los cuales proceden de América del Sur.

Nicole es una de las alumnas que desde este lunes comenzó el proceso de escolarización en España, y aunque no figura en las estadísticas como extranjera, por sus venas corre sangre ecuatoriana.

Con sus tres años de edad, Nicole forma parte de la legión de ecuatorianos de segunda generación, es decir, de los hijos e hijas de inmigrantes que vinieron a España cuando eran todavía niños y que han crecido en este país como si se tratase del suyo propio.

“A mí me trajeron a los ochos años”, dice Mónica Zapata, madre de Nicole, que aún mantiene el recuerdo del colegio Eugenio Espejo de Santa Rosa, en la provincia de El Oro, donde aprendió a escribir y a leer y en el que cursó parte de la primaria.

Tras llegar a España, Mónica estudió en la escuela Torras i Bages, situada en L’Hospitalet de Llobregat, ciudad que crece junto a Barcelona. “No tuve grandes contratiempos con el cambio de escuela entre Ecuador y España. Quizá, lo que más me llamó la atención, fue que aquí no llevaba uniforme y que las clases las imparten catalán. Pero como era muy niña, me adapté rápidamente al sistema”.

Frente a la escuela Torras i Bages se encuentra el colegio Rubi i Ors, donde estudiaba el guayaquileño Jeffry Rodríguez, que a sus 13 años dejó su casa situada en el sector de Fertisa para trasladarse a L`Hospitalet, siguiendo la huella de sus padres, quienes habían emigrado en el 2000, debido a la crisis económica generada por la quiebra de parte del sistema financiero de Ecuador y la inestabilidad política.

Jeffry y Mónica se conocieron en el ir y venir del colegio e iniciaron su relación sentimental cuando él tenía 15 años y ella 13. El 2 de enero del 2008, nació Nicole, su primera hija, que ha empezado la escolarización obligatoria al igual que los 9.548 hijos de ecuatorianas que dieron a luz ese año, según consta en los registros del INE.

“Nos hace mucha ilusión que la niña vaya a la escuela. El otro día le compramos ropa y unos zapatos para que haga gimnasia”, dice Jeffry, que aspira a que su hija no tenga que cambiar de país, como en su momento se vieron obligados a hacerlo tanto su mujer como él.

“Hemos tomado la determinación de quedarnos en España. Nuestros padres nos dicen que compremos algo en Ecuador, que regresemos. Pero lo más probable es que no lo hagamos, porque a final de cuentas, hemos crecido aquí”, señala Jeffry.

Así, el sistema educativo español ya se nutre de ecuatorianos de segunda generación que no forman parte de los extranjeros.