Hollande ha prometido que aprobará la ley con la ayuda de su mayoría socialista en el Parlamento, pero la campaña de los opositores ha mellado el apoyo público y ha forzado a diputados a retirar un plan para permitir que parejas lesbianas tengan acceso a la inseminación artificial.
Cientos de miles de personas se reunieron en la Torre Eiffel de París este domingo para protestar contra el plan del presidente François Hollande de legalizar el matrimonio y la adopción por parte de parejas homosexuales en junio.
Tres columnas de manifestantes que agitaban banderas de color rosa y azul que mostraban un padre, una madre y dos hijos convergieron en el conocido lugar desde diferentes puntos de París. Muchos llegaron tras largos viajes en tren y en autobús desde otras provincias.
Hollande ha prometido que aprobará la ley con la ayuda de su mayoría socialista en el Parlamento, pero la campaña de los opositores ha mellado el apoyo público y ha forzado a diputados a retirar un plan para permitir que parejas lesbianas tengan acceso a la inseminación artificial.
El parque Campos de Marte en la Torre Eiffel estaba repleto de gente, pero las estimaciones sobre la concurrencia variaron ampliamente. Los organizadores de la manifestación dijeron que habían llegado 800.000 personas, pero la policía calculó que se habían presentado 340.000 manifestantes, un alto número de igual modo.
"Nadie esperaba esto hace dos o tres meses", declaró la comediante y manifestante Frigide Barjot. En la protesta, leyó una carta dirigida a Hollande en que le piden que retire el proyecto de ley para legalizar el matrimonio homosexual y que realice un debate público extendido sobre el tema.
Barjot, fuertemente respaldada por la jerarquía de la Iglesia Católica, se movilizó junto a grupos religiosos cristianos, conservadores políticos, algunos musulmanes, evangélico e incluso homosexuales que se oponen al matrimonio entre personas del mismo sexo.
La oficina de Hollande dijo que la concurrencia había sido "sustancial", pero que no cambiaría su determinación a aprobar la reforma.
Opositores al matrimonio y a la adopción por parte de parejas homosexuales, incluyendo a la mayoría de los líderes religiosos en Francia, han dicho que la reforma creará problemas psicológicos y sociales para los niños y creen que eso debería superar al deseo por derechos igualitarios para los homosexuales adultos.
Hollande ha enfadado a muchos opositores al matrimonio homosexual al intentar evitar un debate público sobre la reforma.
Su manejo torpe de otras promesas como el impuesto del 75% a los ricos, que fue declarado inconstitucional, o su tambaleante lucha contra la subida del desempleo han afectado a su popularidad en recientes sondeos de opinión.
Protestas en Gran Bretaña e Italia. El matrimonio entre personas del mismo sexo son legales en once países europeos, incluyendo a Bélgica, Portugal, Holanda, España, Suecia, Noruega y Sudáfrica, además de nueve estados de Estados Unidos y en Washington D.C.
Más de 1.000 sacerdotes católicos en Gran Bretaña emitieron una carta de protesta el sábado contra planes para legalizar el matrimonio homosexual en ese país.
En Italia, el periódico L'Osservatore Romano condenó este domingo la decisión de una corte en contra de un padre que buscaba la custodia de su hijo debido a que la madre ahora vive con su pareja, que es una mujer.
Las marchas en temperaturas casi de cero incluyeron a manifestantes jóvenes y viejos, muchos de ellos parejas con niños en coches o sobre los hombros de sus padres.
"Estoy perfectamente feliz de que las parejas homosexuales tengan derechos y que sean reconocidos desde un punto de vista civil", comentó la manifestante Vianney Gremmel. "Pero tengo cuestionamientos respecto a la adopción", agregó.
El cardenal Andre Vingt-Trois, líder de la Iglesia Católica de Francia que dio inicio a la oposición con un sermón crítico en agosto, saludó a los manifestantes en el sur de París pero no marchó con ellos.
El respaldo al matrimonio homosexual en Francia ha caído en cerca de 10 puntos porcentuales a menos de 55% y menos de la mitad de los franceses encuestados recientemente querían que los homosexuales tengan derecho a adoptar niños.
Bajo esta presión, los legisladores descartaron un plan que también permitiría a las lesbianas el acceso a la inseminación artificial.
Los organizadores insisten en que no están contra los homosexuales, sino a favor del derecho de los niños a tener un padre y una madre.
Civitas, un grupo católico de extrema derecha que ve la homosexualidad como un pecado, realizó una marcha mucho menor por otra ruta.