Estados Unidos acogió 17.113 refugiados reasentados en 2018, liderando a 27 países que recibieron a un total de 55.692 personas bajo programas dirigidos por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, dijo el martes el organismo dependiente de la ONU.
Ginebra. Menos de un 5% de los refugiados que necesitan asentarse en países occidentales encontró un nuevo hogar el año pasado, dijo Naciones Unidas, en momentos en que Estados Unidos redujo el número de desplazados que recibe.
Estados Unidos acogió 17.113 refugiados reasentados en 2018, liderando a 27 países que recibieron a un total de 55.692 personas bajo programas dirigidos por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), dijo el martes el organismo dependiente de la ONU.
La cifra, sin embargo, es menor a los 24.559 reasentados aceptados por Washington en 2017, el primer año de Trump en el poder, y a los 78.761 de 2016, el último año completo de gobierno de Barack Obama, mostraron las cifras de ACNUR.
El año pasado, el total de refugiados reasentados fue 10.000 menos que en 2017 y menos de la mitad de los 126.291 del 2016.
Canadá fue el segundo país que tuvo mayores ingresos de refugiados reasentados el año pasado con 7.713, seguido de Gran Bretaña (5.702), Francia (5.109) y Suiza (4.861).
"A pesar de la cifra récord de desplazamiento forzado global, en 2018 tan solo se cubrió el 4,7% de las necesidades de reasentamiento", afirmó en una conferencia de prensa en Ginebra la portavoz de ACNUR, Shabia Mantoo.
Los refugiados sirios que viven en países de Oriente Medio y Turquía alcanzaron 28.174, o más de un tercio del total de 81.310 refugiados remitidos el año pasado por ACNUR a países para consideración de reasentamiento, dijo Mantoo.
Le siguieron refugiados de la República Democrática del Congo, Eritrea y Afganistán, muchos de los cuales huyeron de la violencia y la tortura, según la portavoz de ACNUR.
"El reasentamiento sigue siendo una herramienta vital para asegurar la protección de aquellos que se encuentran en situación de mayor riesgo. Es un instrumento de protección, y un mecanismo tangible para que gobiernos y comunidades de todo el mundo respondan a la crisis de desplazamiento forzosos", dijo Mantoo.
El gobierno de Trump ha estado menos dispuesto a aceptar refugiados y migrantes. El 15 de febrero, Trump declaró emergencia nacional en un intento por financiar un muro en la frontera con México sin la aprobación del Congreso.
El mandatario estadounidense dice que quiere cumplir una promesa de campaña para reducir la inmigración ilegal, pero sus adversarios presentaron rápidamente demandas para detener su medida.