"Esta marcha no es política, no es en contra de nadie, es por una buena causa. Estamos aquí todos por una causa que es la vida", dijo Santos en alusión a las negociaciones con las FARC que ya han rendido sus primeros frutos.
Bogotá. Decenas de miles de personas vestidas con camisetas blancas caminaron el domingo por céntricas calles de las ciudades de Colombia en la "marcha por la vida", un apoyo implícito a la negociación de paz del gobierno con la guerrilla de las FARC que fue criticado por la oposición.
En el evento, que fue organizado por el ex candidato presidencial Antanas Mockus, participó el presidente Juan Manuel Santos, quien defiende el diálogo que sostiene su gobierno en Cuba con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para poner fin al conflicto interno más viejo del hemisferio que ha dejado 220.000 muertos y millones de desplazados.
"Esta marcha no es política, no es en contra de nadie, es por una buena causa. Estamos aquí todos por una causa que es la vida", dijo Santos a periodistas mientras caminaba.
"La vida no puede tener contradictores. La vida de nuestros niños, nuestras mujeres, nuestros jóvenes y de cada colombiano –así sea nuestro contradictor– necesita ser protegida y valorada. La vida es sagrada", agregó.
La marcha se da un día después de que el gobierno y las FARC lograron un acuerdo para desminar áreas selváticas y montañosas en Colombia, el primer paso concreto en la negociación de paz para reducir la intensidad del violento conflicto interno de más de medio siglo.
Pero la movilización fue cuestionada por el Centro Democrático, el partido político que lidera el ex presidente y actual senador Álvaro Uribe, quien critica la negociación de paz, se opone a que los jefes guerrilleros puedan hacer política sin pagar sus crímenes con cárcel y acusa al gobierno de hacer concesiones a las FARC.
Uribe acusó al gobierno de pagar a Mockus por organizar la marcha, una versión que desmintió el ex candidato y el gobierno.
Las marchas se cumplieron en Bogotá y en las principales ciudades del país con el grito de "la vida es sagrada" y "queremos la paz", mientras se batían banderas de Colombia.
En los diálogos de Cuba, que han logrado más avances que todos los esfuerzos anteriores para la paz, las partes han llegado a acuerdos sobre desminado, para dar acceso a la tierra a los campesinos pobres, facilitar la transformación de la guerrilla en un partido político y combatir el narcotráfico.
Todavía quedan pendientes complejos asuntos como la compensación a las víctimas y el fin del conflicto. Una vez que se alcance un acuerdo, los colombianos deben aprobarlo en una consulta o un referendo.
La guerrilla, que cuenta con unos 8.000 combatientes, declaró un cese unilateral e indefinido al fuego desde el 20 de diciembre pasado, lo que se ha evidenciado en una reducción de la intensidad del conflicto.
Aunque la negociación se cumple aún en medio de la confrontación en la son frecuentes los ataques, combates y bombardeos en montañas y selvas del país, Santos envió a un grupo de militares a La Habana para discutir con las FARC medidas para reducir la intensidad del conflicto, incluyendo un posible cese bilateral del fuego, algo a lo que se oponía en un inicio del diálogo.