Ciro Gómez Rayo, alias "Enrique Zúñiga", tenía 36 órdenes de captura por los delitos de asesinato, secuestro y rebelión. Junto a él cayeron otros seis rebeldes.
Bogotá. Un importante comandante de la mayor guerrilla izquierdista de Colombia y otros seis rebeldes que lo acompañaban murieron este miércoles en un bombardeo de las Fuerzas Armadas en una zona montañosa del centro del país, informaron las autoridades.
La muerte de Ciro Gómez Rayo, alias "Enrique Zúñiga" y comandante del frente 50 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se produjo en el Cañón de la Cocora, a 25 kilómetros de la ciudad de Ibagué, la capital del departamento del Tolima.
El líder rebelde muerto, quien tenía 36 órdenes de captura en su contra por los delitos de asesinato, secuestro y rebelión, entre otros, frecuentemente obstaculizaba el tráfico de vehículos por una importante carretera que comunica el centro y el suroeste del país.
La Dirección General de la Policía reveló que suministró las coordenadas del campamento en donde se encontraba el comandante guerrillero y sus escoltas a la Fuerza Aérea que realizó un bombardeo.
Posteriormente, unidades de la policía desembarcaron en helicópteros en la zona para verificar los resultados de la operación y encontraron los siete cadáveres.
La muerte de Gómez Rayo se produjo en medio de la ofensiva contra la guerrilla que impulsa el presidente Álvaro Uribe y que cuenta con el apoyo de Estados Unidos.
El popular mandatario, considerado como el más importante aliado de Washington en América Latina en momentos en que gobernantes de izquierda ganan protagonismo en la región, ordenó la ofensiva desde que asumió el poder en 2002.
La estrategia de seguridad permitió reducir los asesinatos, las masacres, los secuestros, los asaltos a pueblos y los ataques contra la infraestructura económica, lo que contribuyó a aumentar la inversión extranjera en el país.
En medio de la ofensiva han muerto importantes comandantes guerrilleros como Raúl Reyes, Tomás Medina Caracas y Martín Caballero, mientras que miles de combatientes desertaron lo que redujo el poder militar de las FARC que pasó de unos 17.000 hombres en armas en 2002 a unos 8.000 en la actualidad.
Pero el grupo rebelde aún mantiene una importante presencia en zonas montañosas y selváticas estratégicas para la producción y el tráfico de cocaína, su principal fuente de financiación, de acuerdo con fuentes de seguridad.
Las FARC intensificaron sus ataques en las últimas semanas como parte de una estrategia, según el gobierno, para ganar protagonismo político en la antesala de los comicios presidenciales y convertirse en un tema de debate electoral.