Si bien la norma podría dificultar la vida de los minoristas de la frontera, expertos creen que el comercio general entre Estados Unidos y México, probablemente no sufrirá.
Nogales. La tienda de instrumentos musicales de la familia de Adalberto López en la animada ciudad de Nogales, en la frontera estadounidense de Arizona, vende guitarras y acordeones a bandas de músicos y mariachis que llegan desde México a comprar.
Pero a mediados de mayo la música en la tienda paró. Los clientes mexicanos que generan casi todas las ventas se mantuvieron lejos como parte de un boicot de dos días para repudiar una severa ley de inmigración en Arizona.
"La calle y mi tienda estaban vacías", dijo López, sobre la protesta llamada "Un día sin mexicanos", el 14 y 15 de mayo.
La ley podría dificultar la vida de los minoristas en la frontera, que ya han sido afectados por la recesión y la economía de Arizona se vería golpeada por la pérdida de los negocios.
Pero a mayor escala, expertos creen que el comercio general entre Estados Unidos y México, estimado en cerca de US$1.000 millones al día, probablemente no sufrirá por causa del último problema en las a menudo tensas relaciones mexicano-estadounidenses.
La ley requiere que la policía estatal y local revise el estatus inmigratorio de aquellos de los que sospecha están en el país de forma ilegal. Detractores en ambos lados de la frontera dicen que la iniciativa fomenta la discriminación racial.
El presidente mexicano, Felipe Calderón, de pie al lado de su par estadounidense, Barack Obama, criticó duramente la legislación durante una visita a Washington la semana pasada. Dijo que los inmigrantes mexicanos hacían una "significativa contribución a la economía y a la sociedad de Estados Unidos", pero muchos enfrentaban discriminación, "como en Arizona".
La medida ha suscitado desafíos legales, cancelaciones de convenciones y, más recientemente, desaires de los cerca de 65.000 mexicanos que entran al estado cada día para trabajar, visitar parientes y comprar, gastando US$7,4 millones de dólares, según un reciente estudio de la Universidad de Arizona.
"La gente en México ha sido muy insultada por esta legislación, como también la mayoría de los latinos en el estado de Arizona", dijo Bruce Bracker, presidente de la Asociación de Comerciantes del Centro de Nogales, agregando que las ventas de las tiendas locales disminuyeron entre 40% y 60% por el boicot.
Prospectos en comercio. Obama se ha manifestado contra la ley, que es respaldada por una mayoría de estadounidenses.
Estados Unidos, México y Canadá crearon el mayor bloque de comercio del mundo con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCA) en 1994, aunque la relación comercial mexicano-estadounidense ha sido sacudida por pérdida de empleos y acusaciones de proteccionismo.
El comercio entre los dos vecinos ya está alterado por una disputa sobre el pasado de camiones.
México espera que Estados Unidos deje que sus camiones vuelvan a circular por las carreteras de su vecino del norte, terminando con una riña que llevó a gravar impuestos sobre US$2.400 millones en bienes estadounidenses.
Pero analistas y agentes aduaneros dicen que la furia por la ley estatal probablemente no interrumpa el flujo anual de US$21.000 millones en productos en la frontera entre México y Arizona, entre clientes diseminados en el noreste de México y Estados Unidos.
Agentes aduaneros en Nogales, en tanto, aseguran que sus clientes estaban más preocupados por la vacilante recuperación económica que por la ley de inmigración, que entrará en vigencia el 29 de julio.
"La economía es una cosa, pero esta es una situación que está ocurriendo para todos", opina el agente aduanero de Nogales, Terry Shannon Jr.