El presidente de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados dijo que los acuíferos más importantes del país, incluyendo los de la ciudad capital, Managua, recibieron suficiente recarga de agua el año pasado.

El gobierno de Nicaragua anunció este sábado que no prevé racionamiento de agua potable, pese a la sequía que afecta la mayoría de los municipios del país, pero advirtió que monitorea los niveles de los acuíferos y podría tomar medidas en caso necesario.

Erving Barrera, presidente de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) confirmó que el déficit de lluvias que afecta la mayoría de los municipios de la región del Pacífico no conduce hasta el momento al racionamiento de agua en ninguna zona del país.

Barrera dijo que los acuíferos más importantes del país, incluyendo los de la ciudad capital, Managua, recibieron suficiente recarga de agua el año pasado, "por tal razón, no existe ningún tipo de racionamiento en la población, ni en Managua ni en ninguna de las ciudades del país".

No obstante, Barrera hizo un llamado a la población para que no deteriore el medio ambiente, a fin de evitar producir impactos adversos en los acuíferos y fuentes superficiales.

"La recarga (de agua) el año pasado fue buena, pero sí debemos estar preparados, y preparados significa dejar de derrochar el agua, dejar de botar el agua, usar el agua para lo que más necesitemos en nuestros hogares porque de esa manera el recurso no lo sobre-explotamos y puede mantener el equilibrio y niveles normales de horario de abastecimiento a la población", puntualizó.

Confirmó que por orientaciones del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se ha establecido un sistema de monitoreo en los diferentes acuíferos que son explotados por Enacal, y las comunidades en el sector rural en búsqueda de llevar un control del comportamiento de los diferentes acuíferos en la medida que se va prolongando o se establece el fenómeno de El Niño.

Indicó que el monitoreo permitirá analizar diversas alternativas para su aplicación, en caso que los niveles de los acuíferos comiencen a descender de lo normal o puedan poner el riesgo el bombeo de los equipos de Enacal.