Por segunda vez en un mes, un sistema de alta presión trajo aire del Sahara a Europa, lo que rompió récords de calor en Bélgica y Holanda, y amenazó con hacerlo en Gran Bretaña, Alemania y Francia. La ola de calor se prolongará hasta este viernes.
Bruselas. Los cuidadores de un zoológico belga alimentaron a tigres con pollos en cubos de hielo gigantes este miércoles, cuando en el norte de Europa hubo temperaturas récord por una nueva ola de calor que expertos en clima creen que podría convertirse en la nueva norma.
Por segunda vez en un mes, un sistema de alta presión trajo aire del Sahara a Europa, lo que rompió récords de calor en Bélgica y Holanda, y amenazó con hacerlo en Gran Bretaña, Alemania y Francia.
La ola de calor se prolongará hasta este viernes.
En España, un incendio forestal en la provincia de Zaragoza estaba casi bajo control, pero persistía el riesgo de nuevos brotes, especialmente en las partes orientales, donde la temperatura aumentaría hasta 41 grados Celsius.
Las autoridades italianas emitieron alertas de incendio para la isla mediterránea de Cerdeña, donde se esperaba que las temperaturas subieran por encima de los 40 grados. También pusieron a 13 ciudades en alerta climática "roja", advirtiendo de una posible amenaza para la salud de toda la población, no solo de los más débiles y enfermos.
En Portugal, este martes, más de 1.000 bomberos extinguieron el incendio forestal más grande de lo que va del año, que se prolongó durante el fin de semana, pero el país seguía en alerta máxima.
Más al norte, la temperatura en Bélgica alcanzó los 39,9 grados, rompiendo el máximo anterior del país de 36,6 grados de junio de 1947, según registros que datan de 1833, dijo David Dehenauw, jefe de pronósticos en el Real Instituto Meteorológico. Se espera que las temperaturas suban aún más el jueves.
Peter Innes, un científico de investigación del clima en la Universidad de Reading de Gran Bretaña, dijo que la mayor frecuencia reciente de los veranos calurosos está en línea con las expectativas a raíz del calentamiento global provocado por el hombre.
Innes se refirió a un estudio sobre la ola de calor europea del 2003 y el hallazgo de que a mediados del siglo XXI esta situación podría ser la norma.
"Se ha estimado que unas 35.000 personas murieron como resultado de la ola de calor europea de 2003, por lo que este no es un tema trivial", dijo.
Bruneau Etienne, presidente de la federación apícola belga CARI, dijo que las abejas están amenazadas por las altas temperaturas, ya que preferían quedarse dentro de las colmenas, lo que significa que no recolectan polen y corren riesgo de deshidratación.
"Si la situación continúa, las colonias de abejas morirán", remarcó.