Francisco pidió perdón a Dios por los escándalos en la Iglesia Católica y por la vergüenza de una humanidad habituada a las escenas diarias de ciudades bombardeadas e inmigrantes ahogados en aguas del Mediterráneo.
El Papa Francisco pidió perdón a Dios durante la misa del Viernes Santo por los escándalos en la Iglesia Católica y por la vergüenza de una humanidad habituada a las escenas diarias de ciudades bombardeadas e inmigrantes ahogados en aguas del Mediterráneo.
Franciso presidió el tradicional rezo del Viacrucis en el Coliseo romano ante unas 20.000 personas, en medio de un fuerte operativo de seguridad tras los recientes ataques terroristas en ciudades europeas.
El Papa permaneció sentado mientras una gran cruz de madera era trasladada en procesión, deteniéndose 14 veces para marcar los sucesos de las últimas horas en la vida de Jesucristo, desde su condena a muerte hasta ser sepultado.
Al final del servicio, que duró unas dos horas, Francisco leyó una oración que escribió en relación con los temas de vergüenza y esperanza.
En lo que pareció ser una referencia al escándalo por abusos sexuales en la Iglesia, habló de "vergüenza por todas las veces que todos nosotros obispos, sacerdotes, consagrados y monjas hemos escandalizado".
La Iglesia Católica busca desde hace casi dos décadas dejar atrás los escándalos por abusos sexuales de niños por parte de clérigos. Las críticas sobre el accionar de la Iglesia apuntan a que debe hacer más para castigar a los sacerdotes que encubrieron los abusos o fueron negligentes a la hora de prevenirlos.
Francisco también habló sobre la vergüenza que según dijo debería sentirse por "el derramamieno diario de la sangre inocente de mujeres, de niños, de inmigrantes" y por el destino de aquellos que son perseguidos por su raza, su clase social, o sus creencias religiosas.
"Vergüenza por las imágenes de devastación, de destrucción y de naufragio que se han convertido en algo ordinario en nuestra vida", enfatizó el pontífice en su oración.
Francisco dará el sábado la misa de Vigilia Pascual en la basílica de San Pedro, y el domingo de Resurrección, el día más importante en el calendario litúrgico cristiano, leerá su mensaje "Urbi et Orbi" en la plaza San Pedro.