La interacción del pontífice es inédita durante la conmemoración de esta Semana Santa para el mundo católico.

Ciudad del Vaticano, Andina. Vestido de blanco durante una sesión de preguntas y respuestas, el papa Benedicto XVI estuvo sentado en un escritorio y habló en italiano en tono suave, respondiendo a preguntas relacionadas principalmente con el sufrimiento del mundo.

Por ejemplo dijo a una niña japonesa, asustada por el sismo y el tsunami en Japón, que el sufrimiento no es en vano; y aseguró a una mujer musulmana de Costa de Marfil que el Vaticano ha emprendido acciones para poner fin a la violencia en esa nación africana.

La interacción del pontífice es inédita durante la conmemoración del Viernes Santo.

En una aparición grabada de antemano para la televisión estatal italiana, Benedicto XVI respondió a algunas de las miles de preguntas que le enviaron católicos y no católicos por el día en que los cristianos recuerdan el sufrimiento y la crucifixión de Cristo.

La transmisión televisiva tuvo lugar horas antes de que Benedicto XVI efectuara un servicio de oración y meditación en la basílica de San Pedro.

Después tenía previsto asistir al Vía Crucis tradicional por el coliseo.
La primera pregunta atendida fue la de Elena, una niña japonesa de 7 años, quien le dijo al pontífice que muchos niños de su edad perecieron.

Elena preguntó a Benedicto XVI por qué los niños tenían que ponerse tristes.

“También me hago las mismas preguntas: ¿Por qué es así? ¿Por qué se tiene que sufrir mucho cuando otros viven tranquilos?”, respondió. “Y no tenemos las respuestas, pero sabemos que Jesús sufrió como tú, una persona inocente.”

En un intento de consolación, el Papa dijo a la niña que “aun si continuamos tristes, Dios está a nuestro lado”.

Una mujer que habló desde Costa de Marfil preguntó al papa: “Como embajador de Jesús, ¿qué recomienda usted para nuestro país?”. Costa de Marfil está inmerso desde hace meses en una crisis política y un conflicto armado.

Benedicto XVI dijo a la mujer que el Vaticano hace lo que puede y que solicitó a un cardenal africano entre sus colaboradores que viajara a Costa de Marfil, “en un intento de mediación, para que conversara con diversos grupos y personas a fin de alentar un nuevo comienzo”.