El instructor de la Patrulla Fronteriza explicó que, los mexicanos, "están en un estado de combate todo el tiempo con los traficantes de drogas y los cárteles".
Ciudad de México. En un depósito de la ciudad fronteriza de Nogales, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos entrenan a los policías mexicanos ejercicios designados para recrear la guerra urbana contra el narcotráfico en México. Los guardias estadounidenses enseñan posturas del boxeo y cómo apoyar un rifle militar de asalto en su hombro.
"Están en un estado de combate todo el tiempo con los traficantes de drogas y los cárteles", dijo el instructor de la Patrulla Fronteriza Tom Pittman, durante un descanso de un entrenamiento a nueve agentes federales mexicanos.
"Esperamos que esto los ayude a prevalecer, a ganar, a sobrevivir", agregó.
Desde su asunción, el presidente estadounidense, Barack Obama, prometió aumentar el apoyo a su par mexicano, Felipe Calderón, en la lucha contra los cárteles de la droga, que han matado a unas 22.800 personas en México en el mandato del líder mexicano.
Las autoridades mexicanas enfrentan a lo largo de los 3.200 kilómetros de frontera con Estados Unidos a cárteles bien armados, gracias al lucrativo negocio de tráfico de cocaína, heroína, marihuana y anfetaminas al mercado estadounidense.
La policía y los soldados mexicanos suelen ser blancos de los narcotraficantes.
Los funcionarios estadounidenses temen que la violencia se contagie al norte de la frontera.
"Es un esfuerzo de colaboración para hacer a los dos lados de la frontera más seguros", dijo Mark Qualia, portavoz de la Patrulla Fronteriza, en Washington, sobre el programa, que recibe fondos del Plan Mérida, un programa de 1.400 millones de dólares financiado por Estados Unidos para ayudar a combatir al narcotráfico en México.
"Ambos países ganan", agregó.
El programa de entrenamiento es parte de un esfuerzo que le permite a los agentes de la Patrulla Fronteriza transmitir las experiencias obtenidas en el control de la frontera de Arizona -la principal ruta de tráfico de drogas e inmigrantes entre los dos países- a una serie de oficiales mexicanos especialmente seleccionados.
El programa se inició en el 2010 y ya ha entrenado a 48 agentes mexicanos asignados para compartir el narcotráfico y el contrabando de personas en puntos álgidos de la frontera.
Cuando el grupo actualmente bajo entrenamiento se gradúe, el total habrá subido a 57.
Más allá de enseñar cómo entrar en edificios y disparar rifles de asalto, el curso da lecciones de primeros auxilios, patrullaje en vehículos todoterreno y consejos para hallar compartimientos escondidos en vehículos utilizados para traficar drogas, armas y dinero por la frontera.
Superar el miedo. En lo que va del año, según reportes de medios, más de 90 personas fueron asesinadas en la ciudad mexicana de Nogales, vecina a Arizona, incluyendo al subjefe de policía y su guardaespaldas.
"El miedo siempre está ahí y tienes que saber cómo controlarlo", dijo un policía federal mexicano, quien habló bajo condición de anonimato.
Eso ayuda a "acostumbrarse a los disparos y te da confianza", agregó el oficial -vestido con un uniforme negro y un chaleco antibalas-, quien aprendió a disparar una versión de un rifle de asalto M-4.
El programa de entrenamiento también ha beneficiado a los agentes de la Patrulla Fronteriza de Nogales, Arizona.
Los oficiales dicen que han recibido una rápida respuesta cuando han intentado buscar ayuda de sus colegas en México ante incidentes como traficantes mexicanos que les arrojan piedras a los agentes estadounidenses desde el otro lado de la frontera.
"Ayuda ponerle una cara al uniforme", dijo el agente de la Patrulla Fronteriza David Jimarez, quien destacó que los ataques contra agentes estadounidenses cayeron en dos tercios a un promedio de tres por semana desde que empezó el programa.
"Todos pertenecemos a la misma hermandad", agregó.