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¿Qué hace el migrante que vuelve a su país?
Lunes, Enero 19, 2015 - 16:32

Para ayudar con las remesas y la reinserción de quienes retornan a casa después de emigrar, está el trabajo conjunto entre la UE y América Latina. DW habló en Bruselas con Eugenio Ambrosi, director regional de la OIM.

Asistir al migrante que retorna a su país de origen para poder incorporarse al mercado de trabajo y asesorar a la diáspora para invertir las remesas en microempresas en el país de origen: estos han sido dos focos del trabajo de cooperación en el complejo tema de la migración entre la UE y los países de América Latina y el Caribe (Celac) en los últimos seis años (2009-2015).

A punto de aprobarse un nuevo marco de acción entre la UE y la Celac la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIAPP) junto con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) presentan los logros de sus proyectos en Surinam, Trinidad y Tobago, Guatemala, México, Perú, República Dominicana, Uruguay, Bolivia, Brasil, Colombia, El Salvador y Haití.

“El tema del retorno es particularmente importante y sensible. Se trata de personas que, al momento de su llegada a Europa, no tienen la regularidad administrativa necesaria para quedarse”, explica en Bruselas a DW Eugenio Ambrosi, director regional de la OIM.

“Si, a través de orientación sobre las posibilidades efectivas de retorno regular, el individuo decide voluntariamente volver a su país, con un mínimo de asistencia puede recomenzar una trayectoria en su país de origen”, dice Ambrosi, subrayando que su organización solo trabaja en el campo del retorno voluntario, no en las deportaciones.

Por otro lado, con respecto a los seminarios de capacitación que se han llevado a cabo junto con instituciones financieras para la inversión de las remesas en micro-empresas en Bolivia, Brasil y Colombia, Ambrosi explica aclara que "para la OIM, ese tipo de trabajo se enmarca en la filosofía de que los migrantes son una fuerza positiva. Que la diáspora mantenga vínculos con el país de origen puede ser muy positivo para el desarrollo del país de origen, de varias formas entre ellas con el buen manejo de las remesas. La OMC ha demostrado que, cuando la diáspora es sólida y mantiene vínculos estrechos con su país de origen, el comercio entre los dos países se beneficia”.

Quince años de migración. El gran flujo de latinoamericanos –argentinos, brasileños, ecuatorianos, colombianos y bolivanos- que llegaron a comienzo de los años 2000 sobre todo a España, Italia, Reino Unido, Holanda y Francia puso la migración en 2010 en la agenda de las relaciones entre la Unión Europea y América Latina.

Entretanto, aunque el flujo hacia Europa ha disminuido, según informa la OIM, los latinoamericanos siguen llegando, hay nuevos circuitos desde América Central y países como Paraguay, Bolivia, El Salvador, Honduras y Perú siguen siendo fuente de fuerza laboral, sobre todo femenina, y fundamentalmente en el sector servicios. Cabe indicar que. aunque sí ha habido flujos importantes de retorno –sobre todo de argentinos-, estos no han sido masivos.

Por otro lado, desde España, Portugal, Alemania e Italia se registran desde el 2008 flujos migratorios hacia países de América Latina, sobre todo Argentina y Brasil. Según cifras de 2012, 1 de cada diez migrantes que residen en los 27 países de la UE nació en un país de América Latina. Y dos de cada diez migrantes que residen en América Latina nació en un país europeo.

Es más, por cada 1,55 dólares que envían los inmigrantes de América Latina que residen en los países de la Unión Europea, 1 dólar fluye de los inmigrantes europeos que residen en el continente americano.

¿Abrir o cerrar los brazos? La siguiente cumbre, que se celebrará en junio de 2015 bajo el lema “Diálogo estructurado sobre migración entre la UE y la CELAC” puede presentar resultados, entre ellos avances en el intercambio de información y datos para comprender a cabalidad el fenómeno. A pesar de los avances, la situación de “irregularidad” en la que laboran todavía miles de inmigrantes en Europa, sigue siendo un callejón que tiene la expulsión como única salida.

“Para muchos inmigrantes latinoamericanos su proyecto migratorio es pasajero, no van a quedarse como sí lo hacen los europeos, a quienes, América Latina recibe con los brazos abiertos”, subraya Ambrosi, añadiendo que, si fuese regular, muy probablemente la migración entre ambos continentes sería circular.

“No es que Latinoamérica tenga un problema a resolver y Europa tiene que asistirla. Es una cuestión de intercambio. Creo que Europa tiene que aprender muchísimo de cómo se manejan cuestiones de migración en varios países latinoamericanos”, subraya el directivo de la OIM.

Como fuere, Ambrosi detecta cierto cambio en la actitud europea hacia la migración –también por la presión en las costas mediterráneas- y para el siguiente período podría estarse hablando de proyectos que faciliten la migración laboral, no sólo el retorno.

Autores

Deutsche Welle