En el centro de un cráter volcánico gigante ubicado a más de 4.700 metros sobre el nivel del mar se encontraron millones de bacterias en un hábitat similar a la Tierra primitiva.
Volcán Galán. Un remoto lago en Argentina, en el inhóspito noroeste, puede dar pistas sobre cómo comenzó la vida en la Tierra y cómo se podría vivir en otros planetas, dijeron científicos.
Investigadores encontraron millones de "súper" bacterias que prosperaban al interior del lago Diamante, en el centro de un cráter volcánico gigante ubicado a más de 4.700 metros sobre el nivel del mar y que posee muy poco oxígeno.
El hábitat de las bacterias es similar a la Tierra primitiva, antes de que los organismos vivieran y respiraran en una protectora atmósfera con oxígeno por todo el planeta.
Las condiciones, que incluyen altos niveles de arsénico y alcalina, podrían también dar una luz sobre la vida fuera de la Tierra.
"Además de ser una ventana para mirar hacia nuestro pasado, estas lagunas y las bacterias que sobreviven en estas lagunas, tienen el secreto de mecanismos de resistencia a condiciones extremas que pueden tener muchas aplicaciones biotecnológicas", dijo María Eugenia Farías, parte del quipo que descubrió las formas de vida en el lago Diamante a principios de este año.
Si las bacterias pueden sobrevivir aquí, dice la teoría, podrían sobrevivir en un lugar como Marte.
Los llamados "extremófilos" han sido descubiertos en otros lugares del mundo, y podrían tener un significativo valor comercial. Las bacterias que descomponen los lípidos se utilizan en los detergentes, por ejemplo.
Pero Farías dice que estas bacterias, llamadas "poliextremófilas" son excepcionales ya que prosperan en las más difíciles circunstancias.
"Lo que tenemos aquí es una serie de condiciones extremas todas juntas y es eso lo que lo hace único en el mundo", dijo Farías, microbióloga del Consejo Nacional de Investigación Científica en la provincia de Tucumán.
El lago tiene niveles de arsénico 20.000 veces superior al nivel considerado seguro para el agua potable y su temperatura a menudo está bajo el nivel de congelamiento. Pero ya que el agua es tan salada, cinco veces más salada que el agua de mar, el hielo nunca se forma.
"Por ejemplo, estas bacterias están muy expuestas a radiación ultravioleta y su DNA se muta mucho, entonces los mecanismos que usan ellas para sobrevivir a estas mutaciones puede ser aplicada en la industria farmacéutica", señaló Farías. Incluso podría tener futuras aplicaciones comerciales en productos como bloqueadores solares, agregó.
Farías y su equipo están buscando financiamiento argentino para producir un metagenoma de las bacterias, un avanzado estudio que proporciona una secuencia de ADN de toda la colonia de microbios.
Esto le permitiría a su equipo estudiar la bacteria en Argentina y ayudar a asegurar que sea el país sudamericano que tenga el dominio de las potenciales patentes lucrativas para los nuevos antioxidantes o enzimas que puedan derivar de esta bacteria.