También se disparó la cantidad de personas con paro cardíaco y otras cardiopatías inmediatamente después del terremoto, pero la tendencia se normalizó en tres semanas.
Nueva York. Luego del terremoto y el tsunami de Japón en marzo del 2011, que dejó devastadas las regiones orientales del país, aumentaron los casos de insuficiencia cardíaca en la Prefectura de Miyagi y se mantuvieron así durante seis semanas.
También se disparó la cantidad de personas con paro cardíaco y otras cardiopatías inmediatamente después del terremoto, pero la tendencia se normalizó en tres semanas.
El doctor Hiroaki Shimokawa, coautor del estudio y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Tohoku, dijo que factores como la suspensión de medicamentos, las bajas temperaturas en el corto plazo, el consumo excesivo de sal con los alimentos procesados y el estrés mental y físico sostenido favorecieron el aumento de la insuficiencia cardíaca.
El terremoto, que en Japón llaman el Gran Terremoto de Japón oriental, alcanzó una magnitud de 9 en la escala de Richter y provocó más de 15.000 muertes.
En European Heart Journal, el equipo de Shimokawa escribe que la Prefectura de Miyagi fue la zona más cercana al epicentro. Allí, murieron más de 9.500 personas.
Por correo electrónico, el autor recordó que estudios previos habían hallado una relación entre los terremotos y un aumento de los trastornos cardiovasculares en el corto plazo.
Un estudio previo había identificado altos niveles de estrés y depresión entre los trabajadores de las plantas nucleares de la región tras el terremoto del 2011.
El equipo reunió las historias clínicas de todos los pacientes trasladados en ambulancia a uno de los 57 hospitales de la Prefectura de Miyagi el mes anterior y los cuatro meses posteriores al terremoto.
Los autores compararon la cantidad de accidentes cerebrovasculares (ACV), insuficiencia cardíaca, paros cardíacos y neumonía diagnosticados en ese período del 2011 con las cifras del mismo período del 2008, 2009 y 2010.
La cantidad de pacientes con paros cardíacos se disparó el mismo día del terremoto. Por ejemplo: el 11 de marzo del 2011 se registraron 17 casos, comparado con cinco casos el día previo y entre dos y cuatro el 11 de marzo de cada uno de los tres años anteriores.
El motivo de ese aumento sería "la vulnerabilidad (del corazón) al estrés súbito", dijo Shimokawa.
Por otro lado, la cantidad de paros cardíacos se mantuvo estable durante varios días posteriores al terremoto y aumentó el 15 de marzo. La tendencia recuperó los niveles de los años previos a las dos semanas del terremoto, mientras que la tasa de insuficiencia cardíaca se mantuvo alta.
El equipo no pudo identificar las causas del aumento de los trastornos cardíacos.
"No estoy seguro si se debe al aumento de la enfermedad coronaria por el estrés (del terremoto) o es sólo una consecuencia de la catástrofe vivida, es decir, del trauma, la alteración de la vida cotidiana, la falta de agua, la comida, etcétera", dijo el doctor Gerhard Steinbeck, profesor de la Universidad de Múnich, en Alemania, y que no participó del estudio en Japón.
En un editorial, Steinbeck y un colega señalaron ciertas imprecisiones en el registro de los casos de insuficiencia cardíaca y paro cardíaco.
Por lo tanto, Steinbeck explicó que se desconoce si las cifras describen una exacerbación prolongada de la enfermedad cardíaca debido al terremoto o los efectos negativos del desastre natural en la salud de la población.
"Cualquiera sea el mecanismo (...) los resultados demuestran que es un desafío para cualquier sistema de salud", dijo Steinbeck a Reuters Health, y consideró que el estudio debería ayudar a los sistemas de atención a organizarse para responder a los desastres naturales.
"No se trata de horas o días posteriores, sino de la capacidad de respuesta del sistema de salud al aumento de las emergencias y los trastornos cardiovasculares durante meses", añadió.