La NASA y el Instituto SETI prueban en Laguna Negra una nave que explorará Titán, la luna de Saturno. La destrucción acelerada del glaciar Echaurren llevó a elegir el lugar.
Si usted busca diseñar un robot flotante que sepa reaccionar a los cambios bruscos de clima en un tormentoso mar de metano extraterrestre, ¿dónde lo testearía? ¿Qué tal Santiago de Chile?
Bueno, no en la ciudad misma, sino a escasos kilómetros al este, en la zona del Cajón del Maipo. Es lo que están haciendo el Grupo de Inteligencia Robótica de la NASA y el Instituto SETI, la entidad que busca vida extraterrestre hace décadas.
El trabajo comenzó en 2011 y se extenderá durante todo 2014, pero es noticia gracias a que la revista Scientific American reveló detalles sobre el proceso en su edición de enero.
Sucede que un equipo de científicos de ambas instituciones pasó tres semanas en Laguna Negra, en medio de la cordillera de los Andes, pero a tiro de piedra de la capital chilena, poniendo a punto el prototipo del llamado Planetary Lake Lander. Se trata de un robot que, en vez de aterrizar, está construido para amarizar en lagos o mares de otros planetas, y que haría su primer viaje de verdad a Titán, una de las lunas de Saturno, en 2016.
Parte esencial del desarrollo es que el robot sea capaz de evaluar cambios rápidos en su entorno y reaccionar a ellos, sin esperar instrucciones desde la Tierra.
Según la revista, el aparato “ha aprendido a percibir irregularidades en su medio ambiente. Entonces, conduce a un análisis de datos simple y envía solamente la información más valiosa a los científicos”.
En agosto pasado, el equipo proveyó al Lake Lander con la capacidad de recopilar y comunicar datos meteorológicos y, desde entonces , ha enviado seis correos electrónicos, “cada uno anunciando con precisión una tormenta en el lago”, dice la revista.
Laguna Negra fue elegida por ser parte de “un sistema altamente vulnerable, donde se está derritiendo aceleradamente el hielo de los glaciares circundantes”. Es decir, la laguna es valiosa por su precariedad. Y esa inestabilidad la asemeja a las condiciones que la nave robot encontrará en los mares de metano de Titán.
En declaraciones a Scientific American, Nathalie Cabrol, investigadora principal del Instituto SETI, valoró que el desarrollo del Planetary Lake Lander tendrá aplicaciones para mejorar las opciones de nuestra propia especie en la Tierra. “Si queremos continuar sobreviviendo en este planeta, necesitamos mejorar el monitoreo de nuestro medio ambiente”, afirmó.