De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el límite mínimo debe ser 14 semanas y sólo lo cumplirían naciones como Chile, Cuba, Venezuela y Brasil.
Montevideo. Las trabajadoras asalariadas formales de América Latina cuentan en promedio con tres meses de licencia por maternidad, inferior al límite mínimo de 14 semanas establecido por el Convenio 183 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Según un boletín lanzado por la Unicef y por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), los únicos países que superan este período son Chile, Cuba y Venezuela, con 18 semanas, y Brasil, que da 180 días a las trabajadoras del sector público.
En el caso de Uruguay son doce semanas en el sector privado y trece en el sector público.
En general, en el Caribe las licencias para madres no superan las trece semanas y la proporción del salario que cubren es variable.
En el caso de los padres trabajadores, en la mayoría de países las licencias varían entre dos y cinco días por nacimiento, y solo se supera ese período en Ecuador, con 10 días; en Venezuela, con 14, y en Cuba, con seis meses que pueden ser compartidos con la madre.
En general, en el Caribe las licencias para padres están casi ausentes.
Aun así, en el artículo principal del boletín, las autoras reconocen avances en la legislación regional, como la equiparación del nacimiento con la adopción y la paulatina ampliación de la licencia para los padres.
No obstante, María Nieves Rico, experta de la Cepal, y Laura C. Pautassi, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina, plantean que se requiere "avanzar en el reconocimiento del cuidado como un derecho universal" que no esté sujeto a las condiciones laborales de los padres.
De hecho, actualmente, las regulaciones laborales excluyen de beneficios a trabajadores informales, autónomos, por tiempo parcial o rurales, así como a sus hijos e hijas.
Según otro estudio de la Cepal, en América Latina el 53% del total de mujeres ocupadas de 20 a 45 años, es decir, 32,7 millones de trabajadoras, no están afiliadas a la seguridad social y no cuentan con licencias por maternidad.
Además, de acuerdo a otra investigación publicada en 2010, en América Latina 55 millones de niños y adolescentes viven en hogares pobres donde el jefe o jefa de hogar es inactivo, desocupado o trabajador informal.
Las autoras del boletín difundido hoy proponen una agenda de reformas que incluye desvincular la condición salarial de los padres a la entrega de licencias parentales y servicios de cuidado infantil.
También abogan, entre otras medidas, por establecer cobertura universal y gratuita de los servicios educativos, de cuidado y de salud para la primera infancia; instaurar y ampliar las licencias remuneradas para padres e incorporar licencias por enfermedad de los hijos.