Los italianos enfrentan un prolongado estancamiento económico, el desempleo ha subido a su mayor nivel desde que empezaron a tomarse los registros mensuales en 2004.
Miles de italianos se manifestaron este sábado en el centro de Roma para protestar contra los recortes en el gasto público, despidos y cierres de fábricas, e instaron al Gobierno del primer ministro Mario Monti a hacer más por ayudar a los trabajadores afectados por la recesión.
"Estamos aquí para apoyar a todos los trabajadores que están en disputa con sus compañías durante esta crisis económica", dijo el manifestante Michele Giuliva tras sumarse a la manifestación organizada por el sindicato izquierdista CGIL, el mayor de Italia.
"El Gobierno sólo está pensando en los bonos", declaró.
Los italianos afrontan un prolongado estancamiento económico, el desempleo ha subido a su mayor nivel desde que empezaron a tomarse los registros mensuales en 2004 y los sindicatos están empantanados en disputas con las compañías por cierres de plantas y despidos.
Las medidas de austeridad aprobadas para reducir la deuda y mejorar la situación del país en los mercados de bonos tras el reemplazo del ex primer ministro Silvio Berlusconi el año pasado han avivado el descontento popular, mientras las alzas de impuestos, reformas a las pensiones y los recortes de gastos se devoran los ingresos de las familias.
Trabajadores de todos los sectores de la industria reunidos fuera de la Basílica de San Juan, un tradicional punto de encuentro de manifestantes de tendencia izquierdista, ondeaban globos rojos y carteles con eslóganes que decían: "Vete Monti".
La secretaria del CGIL, Susanna Camusso, criticó al Gobierno en un feroz discurso, al decir que la austeridad no había funcionario y que los legisladores deberían centrarse en formas destinadas a alentar la inversión y el empleo.
"Sus políticas han impactado la capacidad de consumo y no lograron proteger a la industria y a los trabajadores. Esta es la razón por la cual el país está en una recesión extraordinariamente profunda", declaró.
El evento del sábado fue la última de una serie de protestas contra el gobierno italiano, y coincide con el creciente número de manifestaciones y huelgas que afectan a países en crisis del sur de Europa como España y Grecia.
Los posibles cierres de fábricas, como el la planta de aluminio de Alcoa en Cerdeña y la instalación de acero de Ilva en el sur de Italia, han generado airadas protestas y paralizaciones de trabajadores que temen perder sus empleos.
Este viernes, una corte ordenó a la automotriz Fiat recontratar a 145 trabajadores despedidos a inicios de este año en medio de una disputa sindical. Los empleados son miembros del brazo del sector de la industria metalúrgica de CGIL y se habían rehusado a firmar las nuevas condiciones laborales impuestas por la compañía.
Manifestantes también marcharon este sábado en Londres para protestar por las medidas de austeridad y los severos recortes fiscales aplicados por el Gobierno británico.