Varios policías y residentes resultaron lesionados en Colón, la segunda mayor ciudad del país, en el tercer día de protestas contra una nueva ley que permite la venta de tierras que son propiedad del Estado.
Al menos un niño, de 9 años, murió este viernes en Panamá, en medio de violentas manifestaciones que llevaron a las autoridades locales a decretar un toque de queda en una ciudad portuaria cercana al Canal.
Varios policías y residentes resultaron lesionados en Colón, la segunda mayor ciudad del país, en el tercer día de protestas contra una nueva ley que permite la venta de tierras propiedad del Estado en la ciudad.
Las autoridades locales decretaron toque de queda en Colón desde las 16:00 hora local (2100 GMT).
Centenares de personas quemaron neumáticos, lanzaron objetos y realizaron disparos contra la policía, que respondió tirando gas lacrimógeno para dispersar a la multitud.
Ocho policías resultaron heridos, tres de estos por disparos, dijo una portavoz de la policía.
Medios locales reportaron que la cifra de muertos sería de hasta tres, mientras que habría 16 lesionados y 40 personas arrestadas, pero la policía no lo pudo confirmar.
La ley fue aprobada temprano este viernes por la Asamblea Nacional y promulgada horas más tarde por el presidente Ricardo Martinelli.
El Gobierno argumenta que la venta de esas tierras dejará más ingresos que seguir rentándolas, que le deja unos US$33 millones anuales.
Unas 2.000 empresas, que dan empleo a unas 30.000 personas, rentan terrenos en la Zona de Libre Comercio de Colón.
Los críticos del plan denuncian que es una maniobra política irresponsable del Gobierno para cubrir sus gastos y mantener un déficit bajo.
Señalan que la venta de las tierras afectará a los pobladores de Colón, que tiene una de las mayores tasas de pobreza y crimen en el pequeño país centroamericano.