Las autoridades mantuvieron la alerta en amarilla fase 3, lo que implica que por el momento no hay previsiones de evacuar a los habitantes de la zonas cercanas. El volcán está a unos 80 kilómetros de Ciudad de México.
El volcán Popocatépetl, ubicado en la región central de México, mantenía este sábado en vilo a pobladores de los alrededores tras rugir la noche anterior e incrementar su actividad, lanzando rocas incandescentes y una fumarola de tres kilómetros que dejó una capa de ceniza sobre cuatro pueblos aledaños.
Sin embargo, las autoridades mantuvieron la alerta en amarilla fase 3, lo que implica que por el momento no hay previsiones de evacuar a los habitantes de la zonas cercanas, que permanecen inquietos desde mediados de abril, cuando el volcán comenzó a incrementar su actividad.
En Santiago Xalitzintla, un poblado ubicado a 10 kilómetros de la falda del volcán, una vendedora de dulces barría los alrededores de su puesto en la plaza del pueblo y había juntado media cubeta de ceniza.
"Nos dijeron que estuviéramos al pendiente porque si hay que evacuar nos van a avisar con las campanas (de la iglesia)", dijo la vendedora, Lizbeth Agustín, de 22 años.
En la noche, unas 50 personas asustadas salieron de sus casas y se juntaron en la plaza después de oír un fuerte tremor del volcán, pero después regresaron a sus hogares.
En caso de una evacuación, los habitantes de cuatro pueblos circundantes deben acudir a la plaza, donde camiones de Protección Civil los llevarán a albergues ubicados en la parte alta del pueblo en una primera instancia, y luego a ciudades un poco más alejadas.
La actividad del Popocatépetl, ubicado a unos 80 kilómetros de la Ciudad de México, es de las más fuertes de los últimos 17 años, y ha afectado no sólo a los pueblos cercanos, sino también a ciudades como Puebla, donde el aeropuerto fue cerrado el sábado por segunda vez en una semana debido a que la ceniza impedía la visibilidad.
"El volcán parece que está serio. Anoche estuvo rezumbando duro, duro", dijo Juan Castro, de 83 años, quien dice que ya no ve ni oye bien, pero pudo escuchar rugir al volcán que se eleva 5.450 metros sobre el nivel del mar y al que los mexicanos apodan "Don Goyo".
Autoridades de Protección Civil de la Ciudad de México advirtieron que las cenizas podrían llegar a la capital la semena entrante si cambia la dirección de los vientos.