Son cuatro millones 824 mil 524 dosis de Sptunik V, de ambos componentes, los que se vencieron entre febrero y abril pasado, con lo que seis de cada 10 dosis que se compraron a Rusia no se utilizaron. El Ministerio de Salud informó que estás dosis no han sido destruidas y que actualmente permanecen guardadas en el Centro Nacional de Biológicos.
El conteo de las dosis de las vacunas Sputnik V contra el covid-19 que se vencieron aún no concluye. El Ministerio Público (MP) continúa con esta contabilización como parte de la investigación que se abrió por la compra que el Ministerio de Salud hizo del biológico ruso.
Las pesquisas comenzaron en mayo del 2021, y luego de 20 meses los avances son pocos. El caso se encuentra en el Juzgado Cuarto de Primera Instancia Penal, y la audiencia de anticipo de prueba todavía está pendiente.
De acuerdo con Juan Luis Pantaleón, jefe de información del MP, las dosis permanecen en diferentes sedes del Ministerio de Salud.
Son cuatro millones 824 mil 524 dosis de Sptunik V, de ambos componentes, los que se vencieron entre febrero y abril pasado, con lo que seis de cada 10 dosis que se compraron a Rusia no se utilizaron.
El Ministerio de Salud informó que estás dosis no han sido destruidas y que actualmente permanecen guardadas en el Centro Nacional de Biológicos –CNB- a solicitud del MP, pues son anticipo de prueba. Se encuentran en un área de bodega seca —furgón adaptado para tal fin—.
Anteriormente estaban almacenadas a -20 grados centígrados en cuartos fríos y contenedores refrigerados, por los que mensualmente la cartera pagaba Q40 mil.
Efecto dominó
Las primeras dosis de Sputnik V se vencieron el 28 de febrero de este año, un total de un millón 61 mil. En marzo caducaron 2.7 millones más, y al mes siguiente expiraron las últimas 873 mil 550.
Esto representa el 60.3% de las ocho millones de dosis de vacunas que el Ministerio de Salud compró a la empresa rusa Human Vaccine y por las cuales pagó Q614.5 millones.
Si se toma en cuenta que el precio unitario de la vacuna Sputnik V era de aproximadamente Q76.80 —sin contar el flete— quiere decir que el país habría desperdiciado Q370 millones en vacunas.
La llegada del primer cargamento del biológico ruso a Guatemala fue el 5 de mayo del 2021, un total de 50 mil dosis del primer componente, luego de una espera que se extendió por más de dos meses cuando se comenzaba la etapa más dura de la pandemia. Un segundo embarque con igual cantidad de viales arribó al mes siguiente, y otro más en junio.
Sin embargo, el segundo componente seguía sin aparecer, y el 15 de junio ingresó el primer cargamento con 60 mil de estas dosis.
Las vacunas Sputnik V llegaron a cuentagotas y la totalidad del biológico que Guatemala compró se completó el 30 de diciembre del 2021, pero la fecha de caducidad no era mayor a un par de meses.
El bajo ritmo de vacunación contra el covid-19 contribuyó a que esas dosis con poco tiempo de vida se perdieran y fue poca la cantidad que llegó a la población. Según el Tablero Covid-19 del Ministerio de Salud se han aplicado tres millones 28 mil 843 dosis de Sputnik V.
El 18.35% de los guatemaltecos que ya completaron el esquema de vacunación (dos dosis) lo hizo con el biológico ruso. Mientras que 283 mil 970 personas se habrían quedado sin recibir el segundo componente.
Cuestionado contrato
El 5 de abril de 2021, la entonces ministra de Salud, Amelia Flores, firmó un contrato con la empresa Human Vaccine LLC por 16 millones de dosis de la vacuna Sputnik V, y pagó como adelanto Q614.5 millones.
En julio de ese año el Gobierno de Guatemala renegoció el contrato y dijo que el anticipo cubriría los ocho millones de dosis cuya entrega se completaría seis meses después, y que ya no se compraría el 50% restante.
puestos de vacunación de un total de mil 459, tenían capacidad para almacenar las dosis de la vacuna Sputnik V, según monitoreo de Laboratorio de Datos.
Se esperaba que los otros Q614.5 millones que ya no se pagaron a Rusia se destinaran a la negociación de más vacunas con otras farmacéuticas, pero no sucedió. En octubre de 2021 el ahora ministro, Francisco Coma, indicó que el acuerdo que Flores y el presidente Alejandro Giammattei hicieron a puerta cerrada con los rusos establecía que Guatemala estaba obligada a comprar más dosis Sputnik V entre 2022 y 2023.
Sobre la compra de más vacunas, el Ministerio de Salud respondió que “este es un proceso jurídico que se encuentra en análisis”, por lo que no se tiene certeza de qué pasará con el contrato y si el país sigue o no comprometido a adquirir más biológico.
La compra de más vacunas de Sputnik V por parte de Guatemala aún es incierta. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
A criterio de Karin Slowing, analista de Laboratorio de Datos, el que las pesquisas por la compra de las vacunas Sputnik V no tenga mayores avances es un “ejemplo a la protección a la impunidad, porque no hay mucha ciencia en esa investigación, en el sentido de que la compra se hizo, se pagó y hay razones técnicas por las cuales no se pusieron las vacunas”.
Este, agregó, es un reflejo de que ni la Contraloría General de Cuentas ni el MP tienen las competencias técnicas para sacar adelante el proceso, y la situación lleva a que el Estado incurra en gastos adicionales al mantener resguardas en bodegas las vacunas vencidas.
Mientras que la investigación no avanza, el país se quedaba sin dosis contra el covid-19. El pasado 9 de diciembre se informó que no había existencias en la región metropolitana, y en una supervisión realizada por el diputado Orlando Blanco al Centro Nacional de Biológicos, el 15 de diciembre último, se indicó que en todo el país solo quedaban 273 dosis.
Fue hasta el 19 de diciembre pasado que se recibió un lote de 302 mil 400 vacunas de Pfizer, que fueron adquiridas por medio del mecanismo Covax.
Otras vacunas
Guatemala perdió en total 7.7 millones de dosis contra el covid-19, pues a además del vencimiento de Sptunik V también caducaron vacunas de AstraZeneca y de Moderna.
El Ministerio de Salud informó que estas últimas ya fueron destruidas, tal como lo establece el acuerdo ministerial 534-2011. El Reglamento para el Manejo de Desechos Sólidos Hospitalarios clasifica las vacunas vencidas o inutilizadas como desechos hospitalarios bioinfecciosos, y para su destrucción tuvieron que ser incineradas o destruidas por algún otro sistema autorizado por las autoridades sanitarias