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Tras derramamiento de sangre, aliados y enemigos del Gobierno de Venezuela compiten por los votos
Lunes, Octubre 9, 2017 - 07:07

Las elecciones regionales de Venezuela abren la puerta a la reconfiguración de la crisis política del gobierno de Maduro.

Venezuela- Atravesando los letárgicos llanos venezolanos, uno de los hermanos del ex líder socialista Hugo Chávez y un aliado de un prominente opositor detenido compiten por los votos.

La carrera para ganar la gobernación del estado Barinas, el bastión de la familia Chávez, destaca entre las elecciones regionales del domingo, sólo semanas después de que una ola de protestas opositoras sacudiera al país y dejara al menos 125 fallecidos.

"En cada concentración que hacemos, Chávez está allí al frente, Chávez guiándonos, Chávez indicándonos el camino, Chávez apoyándonos", dijo a Reuters el gobernador Argenis Chávez, de 59 años, saltando a una bicicleta y evocando a su difunto hermano en cada escala de la campaña.

"En Barinas, derrotar al Gobierno es derrotar a la familia Chávez, que durante 18 años ha manejado el poder como le ha dado la gana, que ha enriquecido solamente a ese grupo familiar y al pequeño grupo que los rodea", contesta el opositor Freddy Superlano, de 41 años, vistiendo una camisa con la imagen del arrestado líder de su partido, Leopoldo López.

Las prolongadas protestas de este año no lograron hacer caer al Gobierno del presidente Nicolás Maduro, pero generaron duras críticas en su contra de parte de la comunidad internacional y llevaron a Estados Unidos a imponer sanciones.

Ahora, los dirigentes de la oposición quieren que sus desmoralizados seguidores acudan en masa a los centros de votación para revertir la mayoría que tiene el Gobierno de Maduro en 20 de los 23 estados de Venezuela.

El Gobierno, por su parte, quiere minimizar las pérdidas aparentemente inevitables, y promociona los comicios como una prueba contra las acusaciones de dictadura en Venezuela.

"¡Mira la dictadura que tenemos, pues! Un proceso electoral donde la gran mayoría de los candidatos son de oposición", dijo irónicamente Chávez, mientras partidarios con camisas rojas bailaban a su alrededor.

Con los votantes enojados por una crisis económica aplastante, las encuestas muestran que la coalición de la oposición podría ganar fácilmente en circunstancias normales. Una encuesta reciente dio a los retadores, que aspiran ganar 18 gobernaciones, el 44,7 por ciento de la intención de voto, frente al 21,1 por ciento para el partido oficialista.

¿Campo de juego justo?.- Sin embargo, las elecciones regionales están lejos de ser normales en Venezuela y el Gobierno ha amenazado con prohibir a los candidatos vinculados a la violencia en las protestas. Además, los recursos del Estado se están utilizando para impulsar a los candidatos oficialistas.

La distribución de alimentos subsidiados ha crecido a medida que se acerca el día de la votación, las empresas estatales ofrecen transporte en los eventos y los medios de comunicación oficiales dan una amplia cobertura a los candidatos de Maduro.

El hermano de un candidato opositor fue arrestado por el presunto robo de un auto de un allegado, algo que la oposición dice es un intento de intimidar a sus seguidores.

Pero la mayor amenaza para la oposición quizás sea la tarjeta electoral electrónica.

A pesar de las elecciones primarias para elegir a un sólo candidato de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el Consejo Nacional Electoral (CNE), de mayoría prooficialista, se niega a modificar la lista de la boleta para reducirla a un nombre.

Todos los candidatos opositores que se inscribieron antes de las primarias aparecen en la boleta, una situación que podría confundir a los seguidores de la oposición y diluir su voto, beneficiando a los candidatos del partido socialista gobernante.

El CNE está usando un nuevo proveedor de máquinas de votación después de que Smartmatic, su empresa por años, lo acusara de inflar los números en una polémica elección de julio de la Asamblea Nacional Constituyente con poderes especiales.

"La oposición quiere guerra".- El Gobierno está aprovechando el hambre de los venezolanos, en medio de una escasez sin precedentes, entregando bolsas de comida a cambio de la promesa de un voto, alegó Superlano.

"Es un plan macabro", sostuvo Superlano, un legislador del partido Voluntad Popular de López, quien ganó en las primarias de la oposición en Barinas. "Aún con eso están perdiendo las elecciones".

Después de un simbólico golpe al chavismo al ganar cinco de los seis escaños del congreso por el estado Barinas en las elecciones de 2015, la oposición ahora quiere terminar con 18 años de control casi ininterrumpido de la familia Chávez en la gobernación.

Los partidarios de Maduro dicen que la oposición, que aseguran está apoyada por la élite venezolana y el Gobierno estadounidense, está decidida a tomar el poder por la fuerza para disponer de las riquezas petroleras de la nación.

Sin embargo, el resentimiento contra el mandatario es evidente. "Ni una gota en la barriga tienen mis muchachos", dijo Daris González, de 36 años, cuyos tres hijos no habían desayunado ni almorzado. Como muchos en su barrio pobre y una vez firmemente "chavista", ahora se inclina a la oposición.

"Hay que tener un cambio. No podemos seguir así".- En contraposición a ese sentimiento, algunos jóvenes opositores creen que sus líderes se han vendido y traicionado la memoria de los manifestantes muertos al participar en unas elecciones desiguales frente al Gobierno. La abstención podría perjudicar sus números.

Si la oposición triunfa el domingo, el Gobierno puede limitar el impacto al restringir los fondos y quitarle autoridad a los gobernadores, como lo ha hecho en el pasado.

Sin embargo, con ese manejo, el Gobierno se arriesga a más sanciones internacionales y podría afectar una frágil mediación en República Dominicana coordinada por extranjeros, y que Maduro necesita para mejorar su imagen internacional.

Después de la elección de gobernaciones, la oposición quiere cambiar la atención al exigir una fecha y garantía de condiciones libres para las presidenciales de 2018 para avanzar en su meta final de terminar con el gobierno socialista.

"En el fondo de esta elección hay una grandísima arrechera. La gente está muy molesta y esa molestia tiene la cara de Maduro", dijo Carlos Ocariz, un candidato que intenta conservar el central estado Miranda para la coalición opositora.

Autores

Reuters